La esquina
José Aguilar
¿Gobernar sin el Legislativo?
La ciudad y los días
Estamos apenas saliendo de dos años de pandemia que han causado cerca de seis millones de muertes en el mundo y más de 100.000 en España, generando una gigantesca crisis sanitaria, social y económica. Tenemos el que para muchos es el peor Gobierno posible, una oposición de momento deshecha, el populismo de izquierdas del "No a la guerra" cogobernando y el populismo de derechas ascendiendo. Nos enfrentamos a la peor sequía en décadas. Y ayer nos desayunábamos con estos titulares: "Estalla la guerra en Ucrania", "Zelenski ordena al Ejército ucranio causar pérdidas máximas entre los invasores", "Putin lanza un ataque masivo a Ucrania", "La OTAN moviliza fuerzas terrestres, marítimas y aéreas", "Putin agita la amenaza nuclear", ¿Estamos al borde una tercera guerra mundial?", "El Íbex 55 y las Bolsas europeas se desploman tras el ataque ruso", "El crudo se dispara un 5% y el gas un 35 % tras el ataque", "Cerca de 15.000 empresas españolas se ponen en riesgo".
Que en estas circunstancias nos enfrentemos ahora a lo que para los analistas es la peor crisis sufrida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor tensión mundial desde la crisis de los misiles de 1962 nos sitúa en un horizonte de enorme inestabilidad e incertidumbre en el peor momento posible. Es imposible adivinar hasta dónde llegarán las machadas de Putin y la obsesión rusa por recuperar lo que perdió tras la caída de la URSS, que a su vez estaba obsesionada por recuperar los territorios del imperio zarista. ¿Machada o farol? Hace tres meses el viceministro de Exteriores ruso dijo que la tensión entre Rusia y Estados Unidos a cuenta de Ucrania era equiparable, por el riesgo de que desencadene una guerra a gran escala, a la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962. Y ahí estamos, con Biden afirmando: "Putin ha comenzado una guerra de consecuencias catastróficas".
Comentando la situación -sumadas pandemia, carestía, sequía, crisis política y guerra ruso-ucraniana-, un amigo se preguntaba ayer: "¿Qué más puede pasar?". "Que llueva en Semana Santa" le contestó otro con guasa. Imposible no acordarse de la película de Mel Brooks: "¡Qué trabajo tan asqueroso!" dice el doctor Fronkonstein mientras están metidos en una fosa desenterrando un cadáver. "Podría ser peor -le replica Igor-, podría llover". Y en eso les alumbra un relámpago, se oye un trueno y empieza a diluviar.
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