Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Política 'preconciliar'

Si Saldaña quería decir que se va a partir el pecho por Jerez en caso de ser elegido alcalde, no hacía falta llegar tan lejos

Al candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Jerez, Antonio Saldaña, le ha acabado dando la razón un periódico del prestigio del New York Times. En su selección de las 50 ciudades que no hay que dejar de visitar en 2019, el rotativo neoyorquino incluyó esta semana a Cádiz, pero inicialmente la situó en Jerez (Cádiz, Jerez, Spain) aunque luego corrigió la referencia anglosajona que implicaría capitalidad. La campaña de Saldaña para las municipales se ha sustentado en el principio 'Jerez caPPital', jugando con el manido debate acerca de la rivalidad entre ambas ciudades, absurdo desde el punto de vista administrativo pero interesante en cuanto a la imagen que se proyecta de nuestra provincia. ¿Habrá sido el aeropuerto de Jerez, cada vez con más destinos internacionales, el que ha despistado a los cronistas norteamericanos? ¿El universal nombre de nuestros vinos? ¿O tal vez, de nuevo, la ensaladilla de Las Bridas? Bromas aparte, estamos ante un problema de comunicación que no es exclusivo de las marcas Cádiz o Jerez, sino de la propia España, que muchos extranjeros, sobre todo del Nuevo Continente, aún no saben dónde situar en los mapas.

Lo que no le ha salido tan bien a Saldaña es su reflexión acerca de la conciliación familiar que ha de tener un alcalde (o alcaldesa) de una ciudad: cero. Ahí se ha metido el candidato del Partido Popular en un charco de las dimensiones del pantano de los Hurones. Si lo que quería decir es que él se va a dedicar en cuerpo y alma a ser alcalde, caso de resultar elegido, y que se va a partir el pecho por Jerez, no hacía falta que llegase tan lejos y menos en un asunto tan sensible en estos momentos para la sociedad, independientemente del partido al que vote.

Tal vez Saldaña haya tratado de marcar distancias respecto a políticos como Pablo Iglesias, que ha anunciado su intención de tomarse una baja por paternidad hasta marzo, o de 'Kichi', el alcalde de Cádiz que no ha tenido pudor en disfrutar de tardes libres para estar con su primer hijo, para sorpresa de muchos. ¿Es esa exclusividad 24 horas -como el horario de algunas gasolineras- ejerciendo en el cargo, lo que demandan los electores de hoy? Quién sabe. Lo que parece claro es que en la política, como en la empresa, lo importante es la eficacia en la gestión y lo que mandan son los resultados. Que un alcalde o alcaldesa trabaje 28, 26, 24, 12 u 8 horas al día es lo de menos si consigue llegar a los objetivos que los ciudadanos demandan. La presencialidad, incluida la política, es uno de los grandes males de este tiempo. Llevar el debate acerca del ejercicio de la vocación política a esos términos no conduce a nada, pues no es esa la preocupación de los ciudadanos. Se puede ser más jerezano que nadie y trabajar más tiempo que nadie, no se duda. Pero lo importante acabará siendo siempre resolver los problemas de los ciudadanos y hacerles la vida mejor. Tal vez, ojalá, Saldaña lo consiga, o tal vez otros y otras. Pero no será por horas y mucho menos por no conciliar con la familia. Precisamente el pilar de la sociedad para muchas personas que piensan como él.

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