Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Portugal-Gales, pasado contra presente

NUESTROS vecinos de al otro lado de la Raya viven sin vivir en sí acariciando la posibilidad de meterse en el acontecimiento del domingo en Saint Denis. Desde la explosión de Eusebio en el Mundial del 66 y las vísperas de la final con Grecia en la Eurocopa de 2004, los portugueses no vivían un estado de excitación futbolera como el que disfrutan en este tiempo de cuenta atrás hacia la cita de esta noche con Gales en Lyon.

Sin haber ganado un solo partido en el tiempo reglamentario y pasando como tercera de grupo la escuadra de Fernando Santos olisquea sangre y eso se percibe en el ambiente. Ve más que factible ser finalista a pesar del pobre juego desarrollado, pero en esas noches de insomnio de toda cuenta atrás, un fantasma se les aparece a diario. Es la figura amenazante de Gareth Bale, que ha pasado de doméstico de Cristiano en el Madrid a estrella rutilante en esta Eurocopa.

A favor de Portugal puede que juegue la ausencia del gran suministrador de Bale, el sancionado Ramsey. Sin duda, la baja del mayor asistente del torneo puede pesarle a Gales, pero el repertorio estratégico de Chris Coleman es tan rico que seguro que algo va a salir de esa pizarra que tanto juego le está dando en esta Eurocopa. Ocurre, sin embargo que para el gran mundo este pleito de hoy se circunscribe al simplismo de un particularísimo pulso entre dos madridistas.

Como siempre el Real Madrid anda por todas las salsas, los titulares subrayan que lo de hoy en Lyon es un Cristiano-Bale en toda regla, así sin más. ¿Y quién parte de favorito? Si nos guiamos del pasado, Portugal, pero si nos paramos en lo que verdaderamente importa, el presente, no creo que sea una locura apostar por Gales. Para los lusos sería una tragedia no estar en la final aunque no hayan hecho méritos hasta ahora; para Gales, lo que venga será como un maná.

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