HACE unos días, el artículo ¿Villamarta baja el telón? de Francisco Sánchez Múgica, publicado en las páginas de Diario de Jerez, ponía de manifiesto los tristes augurios que muchos jerezanos veníamos intuyendo, no solo por la difícil situación económica que viene arrastrando nuestro coliseo desde hace más de un lustro, sino por el mutismo del nuevo Consistorio, roto exclusivamente con declaraciones llenas de "austeridad" pero sin ningún contenido concreto. Esto ha provocado, como cabía esperar, las más variopintas opiniones cuyas conclusiones van desde la más lógica sensatez hasta los disparates más exacerbados.

Siendo conscientes de la cruda realidad económica-financiera que estamos atravesando, desde la Asociación La Arcadia-Jerez hemos guardado un tiempo esperando una respuesta oficial que aclare la postura de la nueva Corporación municipal en este asunto, con la esperanza de que no se planteen falsas 'soluciones', sino propuestas serias, desprovistas de demagogia coyuntural, que aborden el presente y el futuro del Villamarta con la atención que merece.

Pensamos que simple y llanamente se trata de dejar claras las posiciones: ¿se quiere o no se quiere apostar por el Villamarta? Planteada la cuestión, convendría recordar el dato que aportaba el citado artículo de Sánchez Múgica: la aportación del Ayuntamiento jerezano a la Fundación Teatro Villamarta apenas alcanza el 30 % del presupuesto total de esta, con lo que no se cubren ni los gastos de personal de este teatro de titularidad municipal.

No creemos que, a estas alturas, el Teatro Villamarta tenga que demostrar más de lo que lo ha hecho en sus tres lustros como teatro público, convirtiéndose en paradigma de gestión, rentabilidad cultural, social y económica para determinados sectores productivos de la ciudad. Si verdaderamente queremos mantener un teatro público con las características y condiciones de cualquier teatro europeo, no se puede estar constantemente replanteando su supervivencia.

A aquellos que no quieran ver esta realidad les dará lo mismo ocho que ochenta. Pero la verdad es que ha costado mucho lo mucho que se ha logrado en 15 años como para perder consolidadas oportunidades de progreso y desarrollo económico. No creemos que estén las cosas para eso.