Hace poco, el Ministerio de Cultura tuiteó este poema para celebrar el Día Mundial de la Poesía: "Me siento congelado en una primavera que sólo quiero ver florecer dentro de ti cuando te abrace la próxima vez". Este poema -o lo que sea- no desentonaría en la carpeta de un adolescente de 2º de ESO, pero considerarlo un poema digno de ser difundido por el Ministerio de Cultura es una afrenta al buen gusto y a la inteligencia de los ciudadanos. Si alguien se toma la molestia de leerlo a fondo, este texto es un puro non sequitur lógico y gramatical y emocional. Se mire como se mire, es un texto pomposo y vacuo y pretencioso y bobo y sentimentaloide. Quizá podría servir como eslogan para vender productos ultracongelados (Pescanova tendría la campaña medio hecha), pero como poesía es un disparate en todos los sentidos. Y a pesar de todo, este lamentable sucedáneo de poesía se ensalza como poesía de verdad desde un Ministerio y se difunde con dinero público. Y por lo que se ve, nadie protesta.
Puesto a tuitear, el Ministerio de Cultura podría haber elegido entre miles de mujeres poetas que están pidiendo a gritos que se difundan sus versos: desde sor Juana Inés de la Cruz a Ida Vitale, desde Gabriela Mistral (que tiene muy buenos poemas, sí) hasta Gloria Fuertes, desde Idea Vilariño hasta Amalia Bautista o Rosa Berbel. Miren que hay buenos poetas, eh, pues tuvieron que elegir a un poeta que degrada la buena poesía al nivel de los ultracongelados de supermercado. Pero es normal que sea así. Cuando se degrada la política a niveles inimaginables, cuando la acción política se reduce a la propaganda más abyecta -con el show de Rociíto en Tele5 convertido en un mitin del Ministerio de Igualdad-, cuando todo sirve de excusa para engañar a la ciudadanía, lo más normal es que el Ministerio de Cultura se dedique a tuitear poesía ultracongelada. Así va todo. Y por eso nos tratan como idiotas y nos encierran en nuestras provincias mientras que los turistas extranjeros pueden venir a disfrutar de lo que nosotros no tenemos derecho a disfrutar. Y por eso nos engañan y se ríen de nosotros con sus campañas electorales permanentes. Y por eso fingen ser pobres cuando acumulan patrimonios escandalosos. Y mientras tanto nos condenan a congelarnos en esta primavera que comienza, y que al paso que vamos va a tardar mucho tiempo en florecer.
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