Pocas veces, no muchas, caemos en la cuenta de la importancia que tiene convivir, palpar la armonía que surgen en los encuentros afables y distendidos entre las personas. Ejercicio vital para el alma y el espíritu. Práctica sana y saludable para el ser humano o como dice un reiterativo amigo, “esto es bueno para las personas humanas en el mundo mundial”.

Así es, no hay nada mejor que hablar con los demás, convivir con el prójimo y si es para compartir buenas ocasiones mejor todavía. No importa el color de tus cachetes, ni cómo vistas, con qué marca de textil, ni de qué creencia seas o a quien votes en las urnas (temas por cierto de los que hay que evitar hablar en estos encuentros por si acaso, jeje). Lo que destaca es la armonía y capacidad de comunicarnos entre seres de distinto pensamiento pero con una base fundamental como es el respeto.

Respeto e interés por entender al otro -empatía- y aprender de lo distinto y variado que somos las personas. Lo diferente y la cultura es el motor, eso lo tengo más claro cada día. Es una herramienta con tanta fuerza que bien utilizada es capaz de unificar criterios y solucionar conflictos cuando ni la campaña mediática más potente y con más presupuesto seria capaz de arreglarlo.

Y en nuestra tierra hay muchos ejemplos. Uno de ellos es la extraordinaria armonía que se vive cada jueves en la asociación Lírico Xerecista y Gastronómica Ismael Jordi. ¿Y por qué lírico? Es por Ismael Jordi, es obvio, ¿pero xerecista ? Pues también es por Ismael Jordi ya que jugó en la cantera del Xerez. Además de la presencia de jugadores y aficionados históricos de aquella época que cada jueves deleitan a un grupo de socios y amigos con extraordinarios “menuses” que saben a gloria bendita -doy fe-.Todo ello regado con excelentes caldos de la tierra y explicado al término del postre con una disertación técnico gastronómica extraordinaria que nos ofrece el maestro culinario Cabrales y su discípulo al que no deja desarrollar su carrera profesional por cuestiones de envidia y celos (puesta en escena que desarrollan con excelentes dotes teatrales e interpretativas).

El ambiente y la comunicación están a la altura y el broche de oro siempre es el espíritu solidario con el que concluye el encuentro de paz y sencillamente genial en el que se tiene en cuenta hasta una donación a los sectores más necesitados y se comparte mucho arte durante la jornada.

Esta última por ejemplo compartimos cartel con Pedro Carabante ‘Peri’ que nos regaló parte de su extraordinario arte con “Dando el cante”. Una obra solidaria que puso en marcha antes de la pandemia y que merece mucho la pena tenerla cerquita. O el amigo Juan Real, una institución andante. El histórico futbolista Felipe Quintana, el amigo Enrique, Pepe Basto, compañero de peñas flamencas, Juan Garrido o Pepe Sanlúcar, que se vino en autobús para no tener problemas a la vuelta, Genaro, nuestro amigo y artista de la venencia. Un sin fin de veteranía y mucho arte que construyen momentos únicos.

Me viene a la memoria un día muy especial en esta asociación genuina con el recién desaparecido genio de la comunicación Jesús Quintero. Ese día Jesús estuvo muy inspirado y a petición de los allí congregados nos regaló una conversación que siempre recordaremos.Una disertación propia del “loco” cargada de vivencias en un resumen que plasmó de su vida profesional y de la evolución del periodismo a su modo de entender. Quintero sentó cátedra ese día. Sin duda estos lugares, estos encuentros, son buenos para el alma. Primero las personas y después todo lo demás. Viva el arte, la armonía y ¡vaya usté condió!

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