Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Existe en la conocida plataforma Change.org, una petición para retirar el monumento de Primo de Rivera del Arenal con la excusa de que en Jerez "no se exhiben genocidas". Primo de Rivera a la papelera, reza la petición. Alega el doliente que "sus valores militaristas, autoritarios y colonialistas chocan rotundamente con los valores democráticos y los derechos humanos tal como los entendemos en el año 2020". Este es nuestro Sherry Black Lives Matter autóctono. A decir verdad, al ofendido lo ha secundado la familia, los amigos y poco más. Pero no crean, el propósito de los justicieros de la historia es inasequible al desaliento. Primero fue Pemán, ahora Primo, mañana Cabeza de Vaca. El empeño por ajustar cuentas con el pasado desde el sofá a golpe de clic tiene un no se qué de inmadurez que contagia con inusitada facilidad las mentes mejor intencionadas. El ataque de dignidad que sufren los patrocinadores de este buenismo torpe provoca que quien no siga su argumento pase por ser insolidario, un tipo detestable, un fascista irredento. En nuestro querido Jerez tienen para hincharse, desde descolgar el cuadro de Santiago Matamoros de la Iglesia de su advocación a descabalgar a Don Álvaro de su montura de la Avenida; de cubrir con perlita la fachada del colegio de Isabel la Católica a tirar las barriadas de La Plata, la de España o la Vid, por franquistas. Menos mal que la Patrona es morena- por ahí nos libramos-, y que San Dionisio viene ya con la cabeza cortada, poco más se le puede hacer. Vivimos tiempos mejores que nuestros abuelos, no cabe duda, pero la inopia social, la estupidez acrítica y el empeño de estos "demócratas 2.0" en darnos lecciones a pequeñas píldoras de justicia histórica nos presiona la carótida cada vez más. No puedo respirar, rezan los Floydianos. A nosotros empieza a faltarnos el aire.

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