la esquina

José Aguilar

Provincias sin consejeros

IMAGINEMOS que Griñán hubiera seguido la práctica de Chaves a la hora de designar a los miembros de su gobierno: todas las provincias andaluzas tendrían al menos un consejero en la Junta. ¿Qué estaría diciendo entonces el Partido Popular? Pues que Griñán se ha sometido a las presiones de los dirigentes provinciales del PSOE y se ha visto obligado a formar a su Ejecutivo obedeciendo criterios de equilibrio territorial.

Como el flamante presidente no se ha encomendado más que a su laica voluntad y ha elegido a sus colaboradores en base a la capacidad política, solvencia y méritos -aparte de los tres de IU, que le vienen dados por la coalición, y con la cautela de que capacidad, solvencia y méritos habrá de demostrarlos cada uno de ellos, que no los tienen sólo porque Griñán se los atribuya-, la respuesta del PP ha sido la contraria. El problema, para la oposición, es que hay media Andalucía que no está representada en el Gobierno andaluz. Por un motivo o por el opuesto, a Griñán siempre se lo come el tigre del rechazo preventivo del PP.

Incluso con falsedades groseras. Dicen que cuatro provincias carecen de presencia en el Consejo de Gobierno. Se trataría de Almería, Granada, Cádiz y Huelva. Para empezar, no es verdad. De Huelva, y concretamente de Bollullos del Condado, esDiego Valderas, el vicepresidente, el número dos de la Junta, que además ejerce tanto de onubense que se presenta a las elecciones por esa circunscripción, una de las más difíciles para que un partido minoritario obtenga escaño. Sigamos. El secretario general del PP de Almería se ha puesto altisonante: "Ha quedado demostrado que los almerienses somos de segunda para este nuevo gobierno socialcomunista", pero su homóloga de Granada ha sonado aún más alto: "PSOE e IU van a convertir esta provincia no ya en un territorio de segunda, sino de tercera". Y el presidente del PP de Jaén, aludiendo a la salida del Gobierno de Micaela Navarro, la considera "un fiel reflejo de la lucha interna del PSOE", razonamiento que aplicado a Cádiz, donde Griñán no ha nombrado a ningún consejero de su cuerda interna, le tendría que llevar al PP a proclamar que la disputa cainita entre socialistas gaditanos no se ha visto reflejada en la composición del Gobierno autonómico.

Estas críticas contradictorias y de cortos vuelos parecen propias de la política decimonómica (del siglo XIX, vamos), cuando el territorio estaba desarticulado y no existían ni la red de transportes ni las tecnologías de la comunicación que disfrutamos hoy. Ahora carecen de sentido. Los ciudadanos quieren que sus gobernantes sean personas capaces, brillantes y honestas, no que respondan a cuotas territoriales ni de género. Los consejeros de la Junta de Andalucía han de trabajar por todos los andaluces, no sólo por los de su provincia.

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