LA desafección hacia esta Europa que tenemos se ha constatado claramente en las pasadas elecciones, pero no se ve con nitidez que los "nuevos" mandatarios vayan a comprender el mensaje de las urnas ni que vayan a ser capaces de hacer un proyecto diferente con un liderazgo que posibilite la recuperación de la ilusión perdida. Para cambiar deberían saber bien por qué nace la Comunidad Europea y a dónde ha llevado esta política de austeridad con la que se ha afrontado la crisis.

Este año se conmemora el centenario del inicio de la Primera Guerra y el 75 aniversario del comienzo de la Segunda, y es bueno recordar las razones que llevaron a buscar soluciones que querían evitar que se repitieran. "Sin memoria no hay futuro, decía también Delors. Europa se construyó con dos obsesiones: la paz y el empleo", escribe Soledad Gallego-Díaz". Había proyecto y hubo liderazgo. Hoy carecemos de ambos y así nos va, se hunden los grandes partidos y nacen populismos de diversa índole.

La política que la UE ha hecho sólo ha servido para incrementar las desigualdades entre los países, y, por tanto, entre las personas, acabando con el más importante proyecto de esa socialdemocracia que también se nos está hundiendo, sin que aparezca una alternativa que sirva a la ciudadanía.

Para que la política sirva a la ciudadanía y se acabe con la desafección, en Europa y en España, hay que tener proyecto con liderazgo, porque las ideas las transmiten las personas y ambas son igualmente necesarias. España es un ejemplo claro de que ni el Gobierno ni la oposición han sabido hacer frente a la crisis ni transmitir confianza, de ahí los resultados electorales. "La época histórica que estamos viviendo no es una época de cambio, sino un cambio de época", escribe con acierto Ignacio Urquizu.

No sabemos cuál será el futuro de Matteo Renzi, pero sí que ha pasado en cuatro meses, tras perder unas elecciones primarias, de alcalde de Florencia a secretario general del PD y primer ministro, logrando un 40,8% en las elecciones europeas, el mayor porcentaje del centroizquierda en Europa. Ha recuperado parte de la confianza y dice estas cosas: "Si hacemos las reformas creíbles, el populismo ya no tendrá futuro". No hay que salir de España: Susana Díaz es nuestro modelo de liderazgo con proyecto, orgánico e institucional, hoy más necesario que nunca.