La Crestería

Manuel Sotelino

Reflexión cofrade

LA palabra que uno ha escuchado o leído con más frecuencia en estos sesudos análisis de balance de la Semana Santa ha sido la de reflexionar. El diccionario apunta que reflexionar es la acción de pensar o considerar algo con atención y detenimiento para estudiarlo o comprenderlo bien. Está muy bien todo eso de pedir más reflexión entre los órganos de gobierno de las hermandades y de los propios hermanos que son la verdadera causa de las corporaciones.

Reflexionar para no sacar una cofradía cuando llueve. Reflexionar sobre cómo y dónde dejamos de latas de refrescos en una iglesia cuando nos refugiamos en ella. También reflexión sobre cómo deben de andar las cofradías y de cuánto protagonismo se concede a las cuadrillas de costaleros y cuando menoscabo a los hermanos que visten la túnica.

Hay que reflexionar sobre el Sábado Santo. Y también sobre las magnas que se quieren organizar en los próximos años que son algo así como los indultos de los toros que de tanto sacar pañuelos naranjas se ha relativizado tanto que han pasado a ser una anécdota que se apunta en las crónicas.

Todo es digno de meditación y esmero. Y algunas corporaciones tendrán que reflexionar más que otras. A cada una su porción de la tarta de la meditación. Sin embargo, me pregunto ahora si ciertamente habrá tanta reflexión. La repuesta a esta pregunta la tendremos el próximo año. Si las hermandades van más rápidas, hay Sábado Santo y hay pasos que llegan con carne y fuerza a sus templos todo habrá merecido la pena. Permítanme que lo dude. Y no es que quiera poner la pica en Flandes. Es que sinceramente pienso que dentro de nada estamos de Feria, después Pentecostés, El Carmen que no mantendrá entretenidos estos meses, la Patrona y vuelta de nuevo a estar en la casilla de salida. Y así de nuevo volveremos a un análisis de la Semana Santa que será otra para pedir más reflexión.

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