Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Reinventando el verano

Nos lo venían diciendo pero no queríamos hacer caso: algún día valoraréis las cosas más sencillas, aquellas a las que no les echáis cuenta y las tenéis a vuestro lado todos los días. Qué gran verdad esa de que no se valora y añora algo hasta que se pierde. La maldita pandemia llegó para reforzar estas ideas a las que apenas prestábamos atención.

Y ahí lo tenemos. Un simple paseo por el barrio, la playa o el campo, de apenas una hora, se convierte por fin en algo extraordinario, casi un lujo. O sentarse en un bar a tomar un café o una caña. No digamos ya ir al cine o de vacaciones al albergue más sencillo, aunque esté a la vuelta de la esquina por no viajar mucho. El miedo a los rebrotes alimenta aún más la sensación de que estos hábitos que considerábamos algo natural pueden llegar a ser ahora incluso inalcanzables.

El tiempo de verano nos empuja aún más a salir para disfrutar del tiempo libre, la naturaleza y los largos días y las templadas noches. Conscientes de ello y porque la vida no se puede detener por muchas razones, tanto de salud como económicas, muchas instituciones y empresarios se han tenido que reinventar en estos tiempos para dar satisfacción a esa necesidad humana y para su propia supervivencia. Y así, nos hemos encontrado este verano con propuestas que nunca habríamos imaginado ver.

Con el manto de estrellas como principal aliado, en hoteles y bodegas se han organizado noches diferentes en las que la normativa sanitaria dicta distanciamientos y otras prácticas prudentes: Hotel Casa Palacio María Luisa, González Byass o Fundador no han dejado de proponer, a pesar de las restricciones, encuentros y eventos culturales y gastronómicos para que Jerez no deje de perder su atractivo ni su excelencia como destino. En ocasiones, solidariamente, invitando a hosteleros que no tienen terraza en sus locales a ofrecer su cocina en esos lugares.

El Ayuntamiento lo sabe también y por eso ha mantenido parte de su programación y ha modificado otra. Los Viernes Flamencos siempre han estado al aire libre y tal vez, salvo en el aforo, lo hayan notado menos en el aspecto meramente artístico. Con el Villamarta cerrado, sus gestores han aprovechado la plaza que da entrada al teatro para proyectar óperas y zarzuelas de éxito en noches líricas bajo las estrellas. La luz de la luna también alumbra actuaciones en una de las plazas públicas más coquetas de la ciudad como es la de la Asunción. En todos estos casos hay normativas y limitaciones que a muchas personas echan para atrás pero que a otras dan el oxígeno necesario para poder seguir cargando pilas este verano y afrontar mejor la difícil situación que seguimos viviendo.

En definitiva, ni la cultura ni el ocio ni la hostelería se han detenido por completo este verano en Jerez a pesar de las circunstancias. Un verano con mascarillas en los que esos placeres se disfrutan en pequeñas dosis, a sorbitos, con menos prisas. Porque el tiempo se paró durante meses de confinamiento y ahora todo es distinto. Que sepamos superarlo reinventándonos para que el futuro sea mejor que lo que teníamos es el gran reto de nuestra sociedad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios