Robert

"Vive todo lo que puedas amigo", exclamó, y colgó. Robert Trachinger murió al día siguiente

Conocí a Robert en la Universidad Los Ángeles. Alto ,delgado, era venerado por ser una de las personas claves de la historia de la Televisión. Nacido en Nueva York en el seno de una familia judía, estudió ingeniería e inventó las cámaras que los reporteros de todo el mundo usan sin cables que les impidan moverse. También suya fue la primera cámara submarina y alcanzó su cima profesional como responsable técnico de las retransmisiones de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. Su brillante currículum le llevó a fichar por la compañía Disney de la que se jubilaría siendo su vicepresidente mundial. Cuando lo hizo continuó impartiendo clases en la Universidad y de cuanto en cuanto daba charlas por todo el mundo. Había tratado con Harpo Marx, Lucille Ball y el mismísimo Walt Disney , con quienes desarrolló una fuerte amistad; hablar con él era una fuente inigualable de conocimiento sobre el medio que entonces dominaba el mundo, pero también sobre el difícil arte de vivir. Amante del buen jazz, le atraía la política com observador e igual le sucedía con el cine ; pero lo que de verdad le entusiasmaba era la television. "Puede servir para cambiar el mundo y combatir como nada más puede hacerlo contra la soledad de muchas personas", decía; y sin embargo, "para muchos es sólo un medio para influir políticamente y ganar mucho dinero ", concluía . Robert decía con humor que los que vivían la televisión del primer modo se diferenciaban de los segundos en que se divorciaban, reían e inventaban más. Los otros mandaban más porque eran más seguros y predecibles, pero dejaban menos huella que los gorriones en la nieve.

Tuvo dos infartos, padecía de arritmias y cuando, tras colocarle un fibrilador que le hizo la vida imposible, sus médicos le dijeron que necesitaban trasplantarle un corazón, cansado de luchar a sus ochenta y seis años, se negó pese a que le avisaron que de no hacerlo moriría. Entonces comenzó a llamar por teléfono a sus amigos y familiares para decirles que se iba, y despedirse. Recuerdo aquella última conversación. Hablamos de viajes y de lugares, de películas y canciones, de amores y amigos, de restaurantes, libros y descendientes. ¿Te das cuenta de que no hemos hablado de dinero?, me lanzó a modo de despedida . "La vida es un proceso que nos prepara para sus tres últimos minutos, los mas importantes, y en ellos nunca le dedicamos tiempo al dinero, sino a lo que importa" . "Vive todo lo que puedas amigo", exclamó , y colgó. Robert Trachinger murió al día siguiente.

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