La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Rompeolas de aguas fecales

A la cloaca han descendido el dúo Gabilondo & Sánchez y Ayuso al meter la pandemia en su duelo en la inmundicia

Cómo está el ruedo ibérico madrileño. Vaya tela la pancarta de Callao, desmesura propagandística con ecos de cuando en la Gran Vía se ponían los rostros gigantescos de Marx, Lenin y Stalin, primero, y José Antonio y Franco, después. "¡Paremos el Gobierno de Colón!" es el lema. Se refiere, no a un servidor, por supuesto, sino a la famosa foto del mitin que unió al PP, Ciudadanos y Vox (aunque, poseídos por la pasión de la izquierda por manipular las fotos borrando gente, han quitado a Ciudadanos). "No a los extremismos, sí a un gobierno serio. No a la confrontación. Se acabó el ruido, la furia y el odio entre madrileños" dice en la propaganda el señor Gabilondo, aclamada bandera de sensatez, buenas maneras, inteligencia, intelectualidad, madurez y otras virtudes entre las que no debe entrar la memoria, porque parece olvidar que quien le presenta y apoya en los mítines, que además es el secretario general de su partido, pactó con Unidas Podemos el Gobierno de la nación y convirtió a Pablo Iglesias en vicepresidente. Digo yo que meter a unos extremistas en el Gobierno de España es más grave que hacerse una foto con otros. No suena por eso muy convincente su no a los extremismos, a la confrontación y a la furia y el odio entre madrileños. Más sincero y real hubiera sido que su lema dijera: "No a los extremismos… si son de derechas. No a la confrontación… salvo que la fomente la izquierda. Se acabó el ruido, la furia y el odio entre madrileños… siempre que no los alimentemos nosotros". Las aguas que estos días azotan el rompeolas de todas las Españas son de albañal.

Y a la pura cloaca han descendido tanto el dúo Gabilondo & Sánchez como Ayuso al meter la pandemia y las vacunas en este duelo en la inmundicia. Al saber que la Comunidad de Madrid coqueteó con la vacuna Sputnik, Sánchez ha reclamado "lealtad" y "seriedad", dos virtudes que le son tan ajenas como la castidad a Popea. Y ha lanzado su proclama optimista -con los ojos más puestos en el 4 de mayo que en agosto- de que el 9 de mayo pondrá fin al estado de alarma y para finales de agosto habrá 33 millones de españoles vacunados. Ojalá. Pero, dicho por quién lo dice, que no es otro que el señor de "la nueva normalidad" que tan caro se pagó, cabe, como mínimo, la duda. Pero lo importante para él es anunciarlo un mes antes de las elecciones madrileñas. Queda dicho. ¡Yupi! Después, ya se verá.

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