Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

la NIcolumna

Nicolás Montoya /

Rubias con almejas

ES asombroso que sea el interesado o interesada la última persona que se entere de las cosas que le incumben. No es menos cierto, que muchas veces ese hecho sea hasta conveniente. De cualquier forma, ensimismados como estamos en las desdichas, parece que hay una campaña extraordinaria de desacreditación de las personas a sus espaldas y a escondidas, con nocturnidad, alevosía y premeditación.

Nadie escapa a las argucias para poner zancadillas de manera barriobajera y traicionera. Sin llegar a los extremos que utilizan personajes como Mou o Guardiola, parece conveniente, de vez en cuando, mirar hacia atrás sin ira para poder escudriñar en la mirada, en los ojos o en alguna palabra significativa alguna pista que nos ponga en aviso de los que no pueda suceder. Nunca es tarde para jugar a espías, y hasta el rabo todo es toro. Plantillas de autobuses urbanos ayudando a prevenir la osteoporosis de la tercera edad, deportistas de élite acabando con ilusiones de Primera, miembros de alguna comunidad catequética o parientes de algún que otra asociación de vecinos, despistando son los mejores ejemplos.

El día de los santos inocentes trasladado al mes de abril ha tenido la mala pata que en mayo haya elecciones. Parece así que los despistados y los cándidos de espíritu somos todos, en parte gracias a la enorme capacidad de los listillos para tejer telas de araña sin que la presa se de cuenta. Es una verdadera pena que suceda en las luchas fratricidas de partidos sociales, obreros y solidarios. Es una tristeza que suceda en la propia familia, y con quienes se bañan en el mismo plato de ducha. Pero aun es más grave cuando se produce entre gente con la misma sangre. No es de extrañar que incluso mañana nos enteremos que nos han hecho un ERE y nosotros sin saberlo, que a partir de hoy jueves seamos el candidato a la alcaldía e incluso que de pronto tengamos que dar explicaciones sobre los hijos que no sabíamos que teníamos. Claro que el toro es el último que se entera de la corrida.

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