Sánchez en la balanza

Yo no quisiera que la confusión de los acontecimientos me hubiese nublado el juicio

Que no hemos respetado la presunción de inocencia de Sánchez, advierten, severos. Yo no quisiera que la confusión de los acontecimientos me hubiese nublado el juicio en algo tan esencial. Hago un somero repaso de lo que sabemos sin género de dudas:

1) Sánchez mintió en el Parlamento cuando aseguró reiteradamente que su tesis estaba colgada en Teseo… para anunciar después que la colgaría. 2) La ocultó todo lo que pudo contra la legítima vanidad de todo sobresaliente cum laude y contra los buenos usos universitarios. ¿No hay una especie de nocturnidad que incita, al menos, a la sospecha?

Se exigen pruebas de que hubo un negro, pero 3) el primero que habló de negros fue Miguel Sebastián, que declaró, tan pancho, que el 90% de esa tesis se había industriado en el Ministerio de Industria. Fue Sebastián, por tanto, el primero que habló de tantos por ciento, como se ve, y no de uno minúsculo. 4) Resulta que la tesis acabó después, con muy pocos retoques, en un libro cofirmado por Carlos Ocaña, que por los tiempos de la tesis trabajaba en el Ministerio de Industria a las órdenes de Miguel Sebastián, el del 90%. Si no escribió la tesis, ¿firmó el libro después atribuyéndose una autoría falsa? [Ya redactado este artículo, leo uno de Arcadi Espada donde explica este punto mucho mejor que yo, además de presentarnos 5) al inquietante señor Voir M. Granovetter.]

6) El propio Gobierno ha dicho que la tesis tiene un 13% de copia, y que eso está dentro de los límites aceptables. Como profesor, si pillo a un alumno copiando una pregunta y media de un examen de 10, no considero que esté dentro de lo permisible. Claro que yo sólo soy profesor de instituto. 7) El tribunal no es que dejase mucho que desear académicamente, sino que vulneraba las propias normas de la universidad porque dos miembros habían publicado artículos con el autor: "No podrán formar parte del Tribunal de evaluación los coautores de publicaciones con el doctorando". 8) Esos artículos, para colmo, se recogían en la tesis.

Por último, 9) todo el montante no supera los rígidos criterios de honestidad y transparencia que Sánchez ha venido exigiendo a tirios y troyanos, como cuando solemnemente alabó en la moción de censura la coherencia del ministro alemán que había dimitido por plagiar su tesis (un 20%, en su caso, eso es verdad). Si en algún artículo he dado por supuesto algo más que lo expuesto aquí, pido disculpas.

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