Este próximo martes se celebrará la Jornada de presentación del Plan Estratégico de la Cultura y la Creatividad de Jerez, una sesión de trabajo en la que se abordarán las herramientas de evaluación de las políticas culturales locales y su alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se abordará el Observatorio de la Cultura de Jerez y se presentará la Nueva Guía para la evaluación de las políticas culturales locales. Ignoro el contenido concreto de las propuestas e iniciativas a desarrollar, que imagino que, como el Diagnóstico del Plan Estratégico de Cultura y Creatividad de Jerez presentado en su día, un minucioso estudio que "refleja la fuerza y la capacidad transformadora que tendrá para Jerez", todo girará en torno a la candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura 2031, un proyecto de ciudad que requiere del apoyo y colaboración de todos en busca de un bien común.

Pero en esta carrera no puede quedarse nadie atrás y mucho menos los baluartes culturales de la ciudad. Y en este apartado se echa en falta una apuesta decidida de la ciudad por Santiago, por recuperar el emblemático barrio jerezano, santo y seña del flamenco. Si coincidimos en que el flamenco debe ser uno de los pilares en los que se sustente esa candidatura de Jerez a esa Capitalidad Cultural, Santiago no puede quedarse fuera de juego y se ha quedado atrás, o mejor dicho: han ido dejando de lado al barrio.

Independientemente de la planificación para 2031, recuperar Santiago y que las calles Nueva y Cantarería vuelvan a ser lo que fueron es una asignatura pendiente para la ciudad en general y para el Ayuntamiento en particular, que no debería permitirse el lujo de prescindir de una de las cunas del arte gitano de Jerez y debería involucrar a otras instituciones, cuantas más mejor, en el resurgir de lo que debería ser una de las señas de identidad de la ciudad.

El punto de partida es limpiar el barrio -para lo que es imprescindible contar con el respaldo policial-, como bien denunciaba Fran Pereira en su excelente reportaje 'El ocaso de la calle Nueva', para a partir de ahí dar vida al barrio y que los jóvenes tengan oportunidades de futuro, y un buen punto de partida puede ser la propuesta de la Asociación Cultural Calles Nueva y Cantarería de nombrar una 'Zona Cultural del Flamenco' en Santiago para poner en valor (expresión muy del gusto de los políticos) todo el potencial y las virtudes de Santiago, que bien trabajado puede convertirse en un referencia turística que atraiga otros negocios a la zona y contribuyan a dar vida a sus calles más allá del flamenco.

Si el objetivo es recuperar el centro histórico, Santiago no debe quedarse atrás. Esa es una de las asignaturas pendientes de Jerez como ciudad, recuperar un barrio señero y arrancar las malas hierbas que han ido creciendo por desidia o lo que fuera de los responsables. Pero ahora ya no hay que buscar culpables, se trata de encontrar las soluciones.