Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

La primavera llega calentita y, si además contamos, en breve, con acontecimientos como los pasos por las calles, el mundial de motociclismo y la feria, el coctel puede resultar explosivo. Pero si pensamos en una primavera repleta de citas electorales, el desenlace puede ser de fábula. Unas elecciones que saca lo mejor y lo peor de cada uno. Porque es cuando se define con palabras mayores el sentido común de cada cual que, con palabras más elegantes, resulta ser el sentido menos común de los existentes, lo que lleva a reconocernos como inconscientes por naturaleza. Resulta significativo que ahora nos parezca bien que la gente política cene y pague de su bolsillo, o que sean los políticos los primeros en dar ejemplo de sensatez presentando dimisiones ante las puñaladas traperas en la confección de las listas electorales y que incluso se vea como normal que los simpatizantes de los partidos abonen sus cuotas religiosamente. Porque en este mundo tan superficial se está llegando a dotar de anormalidad a lo que debería tener la categoría de normalidad. Pero a la vez, estamos asistiendo a una precampaña de las más ofensivas de los últimos años. Más que políticos y gestores de los intereses públicos, pareciera que sean representantes de bufones y titiriteros en busca de atraer la atención colocando en los puestos de salida a gente de la moda, de los programas del corazón, de las tertulias televisivas o de la farándula para que más que nunca el mundo de la política parezca dibujado como el circo mediático en que se está convirtiendo. Personajillos montados en motos, carreras publicitarias, limpiezas de calles largas incluida y muchos más esperpentos anacrónicos son meros ejemplos. Lo de la ofensa, llevada a su máxima expresión, porque parece que el nivel de esas puestas en escena choca inversamente con el grado de inteligencia que creen que tenemos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios