Cuarto de Muestras

Sobreponerse es todo

Los poetas hacen poesía con todo, con un artículo, con un paseo o con el silencio de la mañana

"¿quién habla de victorias? Sobreponerse es todo" nos revela Rilke y Manuel Alcántara lo hizo suyo como lema y lo repetía con la perseverancia de una vocación atendida, la de perseverar. Es un principio que sirve lo mismo para la reconstrucción de Notre Dame que para la campaña electoral, para retener un amor que para saber perderlo. No me digan que no, sobreponerse es todo porque también hay que saber sobreponerse incluso de lo bueno que nos pasa en la vida si no somos tontos.

El otro día murió Manuel Alcántara, el mayor articulista de España por edad, 91 años, por persistencia, más de 30.000 artículos publicados hasta el pasado enero, pero, sobre todo, por su calidad indiscutible, por haber dejado grabado a fuego los principios de este curioso, saturado y casi desaparecido oficio.

El primer mandamiento que instituyó fue "No aburrir ni a Dios, sobre todas las cosas". Creo que ya lo he dicho por aquí, de la gente aburrida y de la gente triste hay que huir porque es contagioso y nos roban el alma. Alcántara se tomaba muy en serio eso de no aburrir y evitaba a toda costa ser solemne o fatuo. Sus columnas tenían ironía, retranca y una mirada distinta y profunda de las cosas, la mirada de quien ha visto mucho, de quien sabe detenerse en lo importante, por pequeño y desapercibido que parezca. El segundo mandamiento no por obvio menos sabio era: "El columnista no puede olvidar que escribe en hojas de otoño", útil advertencia ahora que con la prensa digital ya no somos ni flor de un día. El tercer mandamiento, llegar a tiempo: "Si se mira bien, todos los triunfos, en deporte, en política o en amor, consisten en llegar a tiempo».

Pero, por encima de sus principios sabios, Alcántara tenía una costumbre sagrada: la charla entre amigos alrededor de una copa, charla que se traslucía en sus artículos que, más que escritos, eran conversación amable y cercana con el lector.

Lo dicho hasta ahora, con afán y devoción se puede intentar copiar, que es lo que yo hago, pero Alcántara tenía algo que no se puede aprender: voz de poeta. Los poetas hacen poesía con todo, con un artículo, con un paseo o con el silencio de la mañana. Con esa voz poética escriben artículos Trapiello, Paco Bejarano, Benítez Reyes, García-Máiquez, Enrique Montiel padre o Manuel Jabois, aunque no haya escrito jamás un verso.

Hay que sobreponerse a todo, incluso a la muerte de los grandes. Copa en mano, leyendo sus ojos.

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