La columna

Bernardo Palomo

Soñando con la Primera

HA pasado la tan temida cuesta de enero. Llega febrero con todos sus esquemas perfectamente consolidados en una sociedad cada vez con más estereotipos estúpidos. A saber: FITUR y su protagonismo político, el Carnaval de Cádiz y su protagonismo callejero, popular yý político, ARCO y su protagonismo artístico yý político; la Cuaresma y su protagonismo religioso yý ahora, con los obispos queriendo aparecer en un escenario que le debía resultar más que incómodo, también político.

O dicho de otra manera, febrero llega como punto de partida electoral - aunque ya llevamos media vida en campaña - con un escaso protagonismo ciudadano y un dominio absoluto de lo político, sus actores y sus interesadas circunstancias.

Hasta el Domingo de Pasión nos queda un tiempo odioso para quitarnos de en medio y aparecer cuando el paso de la Estrella esté virando en Rafael Rivero para enfilar hacia Cristina y toparse con el Padre de todos los Horrores - monumento a las Cofradías - . Espero que ya ese día la resaca política se haya convertido en un mínimo recuerdo y la Semana Santa retome su sempiterno protagonismo popular, alejado de todo y de todos, también de lo que proclama la Conferencia Episcopal y su rancio olor - si creían que iba a poner incienso, se han equivocado, ese nos lo reservamos para delante de los pasos - a vieja sotana y húmeda sacristía.

Por tanto, queridos lectores, ármense de paciencia, filtren los embustes que les ofrezcan, no se fíen de las falsas risitas de los candidatos y, piensen en la primera saliendo por la Escuela de San José.

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