Volvemos al curso con 275 parados más y más desiguales. Al parecer la crisis ha triplicado los ultra-ricos en España y son ya 13 millones las personas en riesgo de pobreza. Los que niegan sin ruborizarse la necesidad de incrementar los impuestos a esas rentas más altas sencillamente nos engañan. Retumban tambores electorales y pacto entre bastidores. Tanto a la Sra. Díaz como al Sr. Marín les pueden salir las cuentas: una evita explicaciones a una complicada sentencia, el otro hace caja, en su particular batalla con el PP, con la cosecha de lazos amarillos. Tratar de presentar el adelanto como problema, a cinco meses del final de la legislatura, es solo sobreactuar, pasamos de la campaña permanente a la de verdad.

El callejón catalán sigue con su tragicomedia. Hace un año el Parlament, en "simulacro procedimental" aprobó la ley del referéndum, ahora el Sr. Torra cierra el Parlament, se lleva al teatro su coreografía y monologa su inútil desacato. Provoca, en su guerra particular con ERC, a costa de los derechos y la convivencia, por inacción de autogobierno, de los catalanes. En Jerez la cita tiene fecha cierta y se preludia la recta final. Son muchas las inversiones sin ejecutar del presupuesto 2018, demasiadas para tan poco tiempo y en estos meses nos jugamos la adjudicación por 55 millones de servicios básicos como la limpieza y recogida de residuos, la limpieza de colegios, o el mantenimiento de parques. A lo peor el 26 de mayo se acumulan las urnas, los problemas pendientes, y la falta de alternativas.

Septiembre nos recibe con una bofetada: se nos fue un amigo, un compañero, un sindicalista, un vecino de Jerez, una buena persona. Juan Pérez fue maestro en extraer con inteligencia, sin perder el gesto, soluciones para los débiles en los momentos más difíciles. Nos lo arrebatan cuando más falta hacen personas como él.