Alberto Núñez / Seoane

Y Teddy cayó de rodillas…

Cómo músico, fue un mediocre. Incapaz de sacar partido al efímero éxito de aquel tema: 'Ge ton your knees' (ponte de rodillas), con el que el grupo del que formaba parte, Los Canarios, ocupó los primeros lugares de las listas de ventas en los años setenta; ni supo, ni pudo abrir la puerta que tenía delante de sus narices: la del triunfo. Simplemente, se diluyó entre los miles de fracasados que pululan por los rincones del complejo y difícil mundo de la música.

Años después, envejecido, calvo y fondón, volvimos a oír hablar del individuo que nos ocupa. Costó bastante trabajo reconocer en Eduardo, 'Teddy', Bautista, presidente de la SGAE, a aquel frustrado intento del 'rockero' que nunca fue.

Transformado en un alto ejecutivo "del cuento del business" -que diría Sabina-, supo llevar a la SGAE al primer puesto del 'ranking' de las instituciones más odiadas de España. Su desmedido y enfermizo afán recaudatorio, muy alejado del mínimo atisbo de sensatez, prudencia o justicia, ha provocado decenas de situaciones delirantes, absurdas y, del todo, surrealistas. Les cuento la penúltima, ojalá que sea la última, para no aburrirles demasiado con un interminable rosario de despropósitos: el intento de cobrar 1.000 euros, según leí en LD, por un concierto benéfico en favor de las víctimas del terremoto de Lorca.

La SGAE de 'Teddy', no admitía críticas. Su política consistía en demandar, usando el dinero de sus asociados, a todo bicho viviente que se atreviese a verter, en cualquier medio de comunicación, opiniones desfavorables, críticas o acusadoras contra la "intocable" SGAE. Éste que esto escribe, también fue objeto de su ira en forma de demanda presentada contra un artículo publicado en Diario de Jerez, creo que en 2008, que llevaba por título 'La desvergüenza interminable', en alusión a alguna de las prácticas llevadas a cabo por 'el Bautista' y los suyos.

'Teddy' perdió la demanda en Primera Instancia, pero, a parte de que estuviese de acuerdo o no, como no era él quien pagaba las costas, no le costó ningún trabajo recurrir la sentencia. Tentativa que gracias a la razón que me asistía y a la brillante labor del letrado de esta casa, José Antonio Matz, sólo le sirvió para volver a perderla y, de paso, malgastar un poco más del dinero de los asociados. Su Señoría entendió que lo que se pretendía era, simple y llanamente, coartar el derecho a mi libertad de expresión. Así se lo hizo saber a 'Teddy', a quien no le quedó otra que envainársela e irse con el rabo entre las piernas. El mismo rabo que, algún tiempo después, tuvo que volver a ubicar en el mismo sitio, cuando Bruselas falló en contra de la tasa con la que, apoyado por la incalificable ministra de Cultura -González Sinde- intentaba grabar la adquisición de determinados productos informáticos, para vaciar, aún más, nuestros ya esquilmados bolsillos y, lo que es mucho más grave, presuponiendo que todos somos unos vulgares delincuentes, al dar por sentado que nos íbamos a dedicar a piratear contenido en la Red.

Pero el tiempo, y también la música, ponen a cada uno en su sitio y, parece ser, que a 'Teddy' le ha llegado su particular 'San Martín', ¡bienvenido sea, si es así! El 'intrépido defensor' de los derechos de autores y editores, el 'adalid' de la lucha contra el fraude y la piratería, el 'líder' en la batalla recaudatoria sobre todo lo que 'suene' -desde que él llegó, ni los grillos frotan sus élitros en las cálidas noches del verano-; se ha 'ido' con 'los civiles', pero no, no crean que ha ido a cobrarles una tasa por cantar zarzuela mientras se afeitan, es que lo han 'empapelao', sí, se lo han llevado detenido por un presunto delito de estafa y otro de malversación de fondos. ¡Vaya!, parece que, presuntamente, el azote de 'los ilegales' -quiero decir, de los que él entendía por 'ilegales'- va a resultar ser el más ilegal de todos. Supuestamente, parte de los fondos que la SGAE, de la que 'Teddy' es aún presidente, recaudaba, no se dedicaban precisamente a proteger y velar por los intereses de los autores y editores asociados, si no que, presuntamente digo, se desviaban a sociedades particulares de algunos miembros de la organización, muy lejos, por supuesto, de la ausencia de ánimo de lucro que, por Ley, se impone en la que fue Sociedad General de Autores de España, a la que hoy, no sé por qué razón, -gracias a 'Teddy', los de la 'zeja' y ciertos 'altos cargos' del PSOE-; le cambiaron el 'de España' por 'Editores'.

Si es cierto lo que te imputan, si eres culpable de lo que se te acusa, si has hecho lo que el juez que ordenó detenerte, presume que has hecho; entonces, 'Teddy', ¡ponte de rodillas, pide perdón y págalo!

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