Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Tiempos revueltos

Se ha llegado a la conclusión de que nuestra Ley General de Sanidad Pública no da soluciones a esta pandemia

Con el otoño, la actividad política se ha puesto en ebullición. No sé quién empezó, pero puede atribuirse a la iniciativa del ministro de Sanidad, Salvador Illa, y al PSOE de la Comunidad de Madrid, empeñados en negar a la presidente autonómicas las competencias que le son propias. Llama la atención la descalificación continua de Isabel Díaz Ayuso, por parte de sus opositores, cuando se recuerda que, en la primera oleada del Covid-19, no fue precisamente lucida la actuación del Gobierno central. Ha sido presionada y hasta amenazada con despojarla de sus competencias. Su resistencia le ha permitido que la Comunidad que regenta, en la que está la capital de España, reciba el mismo trato que las demás ciudades que tienen los mismos niveles de contagio. También se ha llegado a la conclusión de que nuestra Ley General de Sanidad Pública no vale para dar soluciones a esta pandemia.

La aplicación de la Ley de Memoria Histórica ha provocado una inesperada sorpresa, porque el Ayuntamiento de Madrid ha decidido aplicarla, borrando de su callejero a Largo Caballero e Indalecio Prieto. No retirará sus estatuas, porque excede de sus competencias. Es el primer ayuntamiento de España que decide que la Ley es igual para todos y debe ser una invitación a otros ayuntamientos para que procedan de igual forma, en casos análogos.

Ante el silencio del presidente del Gobierno por los ataques que está recibiendo S.M. el Rey por parte de ministros de su Gobierno, como son Pablo Iglesias, Garzón y Castell e independentistas catalanes, como Rufián, hay malestar en PP y Cs y se piden explicaciones en el Congreso que Sanchez no da, porque considera que son "invenciones" y contesta detallando los logros sociales de su Gobierno. El diputado Rufián ha llegado a acusar a Don Felipe de ser el diputado 53 de VOX y mostrado una fotografía donde aparece Franco saludando a don Felipe de niño y añadiendo que a Felipe VI solo le votó Franco.

Y la última consideración es para la sentencia dictada en el caso Bankia que considera que no han cometido delito alguno los 34 implicados. El principal Rodrigo Rato, al que traté cuando Fraga nos lo envió para ser diputado por Cádiz en el Congreso en las elecciones generales de 1982. Tengo que alegrarme por él, aunque lamente que la solución pensada para tapar un boquete haya sido a costa de causar otro más grande.

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