En 1873 la llegada de la Primera República culminaba ese periodo de la Historia de España que se ha venido a llamar "Sexenio Revolucionario". Tiempo convulso en el país y en el propio Jerez, que vivirá entonces tristes acontecimientos como el derribo de algunos conventos en 1868 o hechos violentos, como el motín contra las quintas del año siguiente. Ciudad de grandes contrastes, el binomio que forman miseria y conflictividad social convive con grandes avances como el suministro de agua corriente o el ferrocarril urbano, que se consiguen en 1869 y 1870, respectivamente. Una modernidad que se explica por el extraordinario desarrollo de la industria vinatera. De hecho, por esas fechas se alcanza una de las mayores cotas en las exportaciones del vino de Jerez durante todo el siglo XIX. Y uno de los protagonistas de ese apogeo será Manuel María González, el fundador de 'González Byass', que se convierte ahora en una de las primeras fortunas locales. Un ascenso social que debía materializarse en la adquisición de una vivienda acorde con su status. Sólo unos días después de la proclamación de la república se produce la compra de la casa de la calle Tornería 22. Era una zona distinguida, elegida por otros ricos bodegueros, y que además acababa de vivir una profunda transformación urbana tras el reciente derribo de la Puerta de Sevilla. El arquitecto José Esteve levantará una nueva fachada, de elegante eclecticismo, con combinación de ladrillo visto, piedra y llamativa rejería.

Un inmueble unido también al vino a través de los dueños anteriores y posteriores a González y que fue recuperado el pasado 2018 por María Luisa C. de Azcárate, convirtiéndolo en el actual Hotel "Casa Palacio María Luisa". Una laboriosa restauración que acaba de ser recogida en un libro, de cuyo estudio histórico-artístico es autor quien estas líneas escribe.

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