La ciudad y los días

Carlos Colón

Unidad frente al terror

MIENTRAS el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón autoriza que ANV lleve a cabo el acto electoral convocado para el sábado en Vitoria, contra el criterio de la Fiscalía del tribunal, que había solicitado su prohibición, Conde Pumpido anuncia que presentará a principios de la próxima semana ante el Supremo las demandas de ilegalización de este partido y de EHAK-PCTV: escenificación perfecta de la confusión inducida por un Gobierno al que la ilegalización de ANV le parece antidemocrática o democrática según soplen los vientos preelectorales; mientras un juez de la Audiencia Nacional decreta la libertad provisional sin medidas cautelares para la alcaldesa de Hernani, acusada de pedir un aplauso para los etarras Portu y Sarasola durante un acto de ANV (no pretendía enaltecer a ETA, ha alegado ante el juez, sino mostrar su apoyo a dos presos vascos); mientras Ibarretxe da por roto el pacto de la transición y encabezará la manifestación de mañana; mientras estas cosas suceden, no puede sino aplaudirse la propuesta que Rodríguez Ibarra presentará este fin de semana en la Conferencia Política Federal del PSOE para que su partido se comprometa a no aceptar ningún tipo de diálogo con ETA , "cualquiera que sean las circunstancias", salvo que tenga el aval del PP; y con la condición necesaria de la declaración pública de la banda de que se disuelve definitivamente como organización terrorista.

Los argumentos del secretario general del PSOE extremeño son contundentes: "evitar divisiones y enfrentamientos que sólo benefician a lo terroristas". Con esta propuesta, cuya aceptación por parte del PSOE es muy improbable, Rodríguez Ibarra expresa dos realidades refrendadas por las cifras. El 81 por ciento de los votantes del PP y el 77 por ciento de los del PSOE, según varias encuestas, consideran necesario un acuerdo entre ambos partidos en política antiterrorista. Hablar de tan abrumadora mayoría de votantes de ambos partidos supone, a su vez, hacerlo de una igualmente abrumadora mayoría de españoles: por referirnos sólo a las cuatro últimas convocatorias, conviene recordar que en las elecciones de 1993 PSOE y PP sumaron el 73 por ciento de los votos emitidos; en las de 1996, el 76 por ciento; en las de 2000, el 78 por ciento; y en las de 2004, el 80 por ciento. A la vista de estos datos, y recordando que actualmente 77 de cada cien votantes del PSOE y 81 de cada cien del PP creen necesario un acuerdo antiterrorista entre los dos partidos, la propuesta de Rodríguez Ibarra no hace sino dar forma a una voluntad mayoritaria expresada tanto en las urnas como en las encuestas. ¿Le prestarán oído los suyos? ¿Lo harán los otros?

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