Punto de vista

josé Ramón / del Río

Unidad de mercado

LA aprobación del proyecto de Ley de Unidad de Mercado, que pretende que con una sola licencia se pueda actuar en toda España, en lugar de tener que tramitar 17, una por cada comunidad autónoma, tiene que ser bienvenida. Cataluña, País Vasco, Andalucía y Canarias se opusieron al entender que invade competencias autonómicas, pero el Consejo de Estado ya ha dictaminado que es plenamente constitucional. Hasta ahora, para vender un mismo producto (por ejemplo, el agua embotellada) había que adaptarse a 17 normas regionales. Espero que la oposición de Andalucía no prospere porque me hace feliz la idea de no tener que ocuparme de tramitar y pagar una licencia cada vez que cazo fuera de esta comunidad o que al perro valenciano que me dejó en casa mi hijo puedan leerle aquí el chip, sin tener que cambiárselo por uno andaluz, pagando 13 euros.

Son estás complicaciones administrativas, que llevan consigo además desembolsos para el ciudadano las que posiblemente hayan ayudado al desapego creciente por el Estado de las autonomías, tanto como el llamado "despilfarro autonómico", por el gasto que suponen 17 parlamentos y otros tantos defensores del pueblo, cámaras de cuentas y consejos consultivos. Así lo reflejan las estadísticas del CIS, que constatan que en el último año han bajado casi un 8% los partidarios del Estado de las autonomías y subido más de un 7% los de un Estado centralizado. Si con el Estado de las Autonomías se pretendía diluir afanes independentistas de algunas comunidades, el público percibe que esos afanes se han recrudecido

El PSOE pretende solucionar este estado de cosas con la reforma de la Constitución, para llegar al Estado federal. Este modelo, que puede ser adecuado para unir en uno solo varios Estados, no lo parece para que cuando existe un solo Estado desde hace seis siglos se proceda a desmembrarlo. Al PSOE no le ha ido nada bien, y así lo reflejan las encuestas, con el acercamiento a los nacionalismos y en sus alianzas con ellos. Ahora Esquerra Republicana, en una votación casi unánime, y para llegar a la independencia e instaurar una republica catalana, se plantea tres vías: el referéndum, elecciones plebiscitarias o la declaración unilateral del Parlamento, como hicieron en Kosovo. Por lo visto, no cuenta la opinión del resto de los españoles.

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