Cuarto de Muestras

Va por dentro

El arte convertido en caricatura que refleja a su vez la caricatura del amor, infantilizado, despechado, con nombre propio

El amor siempre ha sido contado, cantado y pintado por el arte. El desamor, que no es sino otra forma de amor pero más pobre también. El arte está hecho de tiempo, de amor y de muerte; de vida. No me lío a poner ejemplos porque me como el artículo enterito. Que cada cual traiga aquí los que más le llenen. Porque el arte tiene la extraña particularidad de no hablar de ninguna mujer ni de ningún hombre ni de ningún amor en concreto, sino de la Mujer, del Hombre y del Amor en mayúsculas; de tal manera, que cuando el autor escribe de su amada el lector ve la suya y, ambos, están escribiendo y leyendo sobre el Amor. Esa es la grandeza del arte, hacer de lo particular algo tan verdad, que nos llega a todos como propio y universal.

Cuento todo esto porque cierto arte actual, por así llamarlo, se ha convertido en un bien de consumo al alcance de todos. El arte convertido en caricatura que refleja a su vez la caricatura del amor, infantilizado, despechado (defensa del amor propio más bien), con nombre propio y que sólo se justifica por su finalidad lucrativa. No sé cuántas visualizaciones, no sé cuántas interpretaciones, no sé a quién puede gustarle una pataleta hecha canción, fácil, pueril y vengativa que es todo lo opuesto a lo que cualquiera desearía sentir por poco que nos guste la persona concreta a la que va dirigida.

Es signo de estos tiempos que el amor se exhiba impúdicamente, que se tatúe en las más horrorosas y cursis expresiones. Que el amor se llame libre, pero se fuerce con juramentos imposibles que acaban en desengaño y despecho. El amor es hoy en muchos casos un botellón, un abuso de trago largo en el que se busca coger el punto pronto y exprimir al máximo el momento.

Cómo y a quién explicar, en estos momentos raros en los que todo se tuitea, se airea y no existe la intimidad de los sentimientos, que el amor está hecho de silencios clamorosos, que se dice mucho más con lo que no se dice, que es espera y desesperación, que mejor no preguntar ni saber, que los gestos dicen y las palabras calladas enamoran. Cómo decir que ya está todo dicho y pintado y cantado y no hay más que escucharlo y esperar que nos llegue a cada uno el nuestro. Para qué explicar que el amor va por dentro, siempre por dentro, te quieran o no. Por qué ocultar que el amor no es una foto, que es una herida que nos mantiene vivos y rara vez tiene cura.

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