Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Vacunas contra los caraduras

Caraduras. Así ha definido la jerezana Inés Arrimadas a aquellos políticos que se están vacunando estos días "saltándose la cola". En mi opinión, la líder de Ciudadanos se ha quedado corta en su calificación, pues estamos ante auténticos sinvergüenzas y quién sabe si también ante presuntos delincuentes, pues tomar una decisión de ese tipo se podría considerar prevaricación. Un auténtico escándalo en medio de una situación de extraordinaria gravedad, lo que lo hace aún más repudiable. Y no son cuatro gatos. Circulan ya listas de caraduras que se han puesto la vacuna antes de tiempo, privando con ello de la salud a otras personas que más lo necesitan. Los hay de todos los partidos y las excusas que han puesto cuando han sido pillados hacen todavía más condenables sus actitudes porque es como si además nos tomasen por tontos al resto de los españoles. La que más duele es la de que "se iba a perder, por caducidad, y por eso me la puse". Como si no hubiese personas necesitadas que, a golpe de teléfono, se hubiesen presentado en un minuto para administrársela. Lástima que no exista una 'desvacuna' para ponérsela a estos caraduras que con su conducta empañan, aún más, la mala imagen que la clase política tiene en este país. Porque, en general, lo que está sucediendo con la vacunación en España, o mejor dicho de las diecisiete Españas, nos retrata como sociedad. Mala gestión por todas partes del único antídoto capaz de acabar con esta crisis sanitaria y económica que nos está llevando a la tragedia y a la ruina. Algunos no se han enterado, desde su responsabilidad como gobernantes, que estamos en un verdadero estado de guerra en el que habría que poner todos los medios al alcance para atajar en el menor tiempo posible una pandemia en la que cada día que pasa el precio que se paga son vidas humanas. Y no caben excusas como la falta de personas capaces de administrar las muchas o pocas vacunas que nos están llegando, que si las vacaciones del personal sanitario y hasta las borrascas. Ejemplos hay en la historia reciente para demostrar que en las contiendas bélicas se ha tirado de lo que ha hecho falta para salvar vidas. Pero en esta sociedad acomodada y tan polarizada por las luchas políticas parece que algo tan importante está por detrás de otras 'prioridades'.

Quién sabe las sorpresas que nos quedan por conocer en este asunto de las vacunaciones a la carta de algunos políticos mientras nos adentramos en semanas de enorme gravedad que crean todavía más incertidumbre sobre nuestro futuro. La pandemia está siendo aprovechada por muchos caraduras en diferentes ámbitos, desde el político al económico y el laboral. Decíamos hace casi un año que esta crisis sanitaria iba a sacar lo mejor de nosotros y que aprenderíamos de ello de cara al futuro. Cierto. Pero también para ofrecer la peor cara del ser humano. Capaz de inventar una vacuna en menos de un año desde que llega un virus y, al mismo tiempo, de convertir una feliz solución en un motivo para preocuparse por lo que tenemos.

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