Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Viaje al centro del centro

La imagen centrista le va a servir a Juanma Moreno para ir a las elecciones con credenciales de triunfador

Ironizaba el mordaz Alfonso Guerra de sus años de gloria con el viaje al centro del PP. De él se hablaba en tiempos de Fraga, tras la debacle de la UCD, y se seguía hablando cuando a José María Aznar le vinieron mal dadas tras los atentados de 2004. "Llevan treinta años viajando hacia el centro y todavía no han llegado: ¿de dónde no vendrán?", clamaba en la tribuna del Congreso el entonces ya veterano diputado por Sevilla que, por cierto, sigue estando en una magnífica forma intelectual como demostró el martes en un debate de alto nivel con Miquel Roca, moderado por Ignacio Martínez.

Una de las características más peculiares del sistema político español es que el centro siempre ha sido objeto del deseo de los dos grandes partidos, que saben que pueden tocar Gobierno cuando convencen a capas amplias del electorado templado que busca soluciones por encima de etiquetas y siglas. Pero formalmente es un espacio vacío. Todos los intentos que se han hecho para formar una opción puramente centrista han terminado en el fracaso más absoluto. El último, que roza los límites de lo patético, lo ha protagonizado Ciudadanos, que tuvo en sus manos convertirse en una fuerza decisoria, pero que optó por autodestruirse a conciencia hasta alcanzar la irrelevancia actual.

Parece que ahora Pablo Casado, seguro de que el espacio que deja libre Ciudadanos es ya suyo y solo suyo, coquetea otra vez con los discursos más duros de derecha y abandona los mensajes más moderados. Hace mal. Si mira a su alrededor verá que su partido se consolida con seguridad en aquellas autonomías donde es capaz de mostrar un espectro más amplio. Andalucía quizás sea ahora el mejor ejemplo porque Galicia y Madrid tienen características especiales que distorsionan la percepción. Juanma Moreno, a pesar de haber tenido que gobernar sintiendo el aliento de Vox en la nuca, ha hecho una gestión sin estridencias y ha conseguidor transmitir una imagen de moderación centrista. Por los sondeos que se publican y los que se guardan en los cajones, la fórmula le va a servir para presentarse a las próximas elecciones con credenciales de ganador y para tener pacificado un PP andaluz que hasta ahora era un coro desafinado.

Casado ha vuelto a demostrar en la última convención que es un líder por cuajar. No es de extrañar que donde tiene el poder real, en las autonomías y grandes ciudades que controlan, se empiecen a encender luces de alarma. En Andalucía el conflicto está larvado, pero ni mucho menos resuelto.

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