Las elecciones generales del 28 de abril convocadas el viernes por Pedro Sánchez desbaratan muchos planes de los partidos aunque para algunos, sobre todo candidatos socialistas a las alcaldías el 26 de mayo, suponen un cierto respiro. Nadie en su lugar querría una coincidencia de comicios vista la situación en la que se encuentra el PSOE a nivel nacional. Ahora las cosas cambian algo. Los candidatos socialistas a las municipales están obligados a hacer campaña por un Sánchez despojado ya de la mochila de los independentistas y lograr un buen resultado que les dé viento a favor. Bien, pero ¿qué candidatos? Porque a buen seguro que todos los partidos tendrán que trastocar algo sus planes para las listas municipales, ya de por si modificadas en el caso de PP y Ciudadanos por los nombramientos en la Junta de Andalucía. Tampoco hará mucha gracia tener que frenar las precampañas que ya han iniciado muchos alcaldes y concejales arreglando baches y plantando palmeras para hacer un paréntesis en las tareas de apoyo al partido en las generales. Y de la nueva Junta, no hablemos: no llevan muchos cargos ni una semana y ya mismo habrán de volver a pensar en campaña. Una campaña, eso sí, que al menos en comunidades como Andalucía y ciudades como Jerez, va a meterse nueve días en Semana Santa, con lo que ello supone de días festivos, desplazamientos vacacionales de votantes y, sobre todo, de atención puesta en desfiles procesionales. Por mucho que ambas cosas sean compatibles, nadie negará que poner un mitin o un acto de campaña similar en pleno Jueves Santo son ganas de arriesgarse a hacer el ridículo.
En cualquier caso, como se ha visto en las últimas citas electorales, muchos ciudadanos cada vez tardan más en decidir sus votos y las campañas, que se desarrollan en gran parte en nuevos escenarios virtuales, han recuperado su valor. Un pequeño detalle, un error del candidato en un video que se hace viral, acaba teniendo su importancia en el último momento entre aquellos indecisos que se guían por gestos más que por ideologías. Es algo que tiene preocupados a los partidos políticos hoy.
Sumemos a todo ello que de las elecciones generales no parece probable que salga un gobierno con mayoría absoluta y que habrá que volver a recurrir a pactos entre dos o más partidos. Todo ello a menos de un mes de unas elecciones municipales en las que también será difícil ver mayorías absolutas. Así, tendremos un doble escenario en el que mientras se decide el Gobierno de la nación se hace campaña en los municipios, con candidatos locales pendientes del discurso nacional de sus partidos y viceversa. Y después de las municipales, se puede dar el caso de que haya negociaciones paralelas entre partidos, a dos bandas, quién sabe si vinculándolas a veces. Una locura, vamos. Es lo que tiene contar con una política tan fraccionada en estos tiempos, a lo que no estábamos acostumbrados como en otros países, donde el multipartidismo lleva a elecciones cada dos por tres. Crucemos los dedos para que todo ello no paralice la vida diaria en nuestras ciudades. Vivir constantemente en campaña conduce a ese riesgo.
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