A diestro y siniestro

Vox, el socio incómodo

Vox estropea el idilio que viven PP y Cs al ponerles ante la cruda realidad: necesitan también sus doce escaños

Con toda legitimidad y lógica el partido sorpresa de las elecciones andaluzas, el más radical de los que han sacado escaños en el Parlamento, ha advertido a PP y Ciudadanos de que no ninguneen a sus 12 diputados, que representan a casi 400.000 andaluces, con los mismos derechos que quienes les han votado a ellos. Vamos, que no se repartan la piel del oso antes de haberlo cazado.

Es lo que, de alguna manera, estaban haciendo. Los dos Juanes, Moreno y Marín, se reunieron un rato y comparecieron exultantes para anunciar que el acuerdo para un Gobierno bipartito era pan comido, el programa común estaba avanzado y el reparto de carteras se ventilará este lunes sin mayores problemas.

El aviso de Vox ha venido a romper el encanto de las dos derechas reencontradas, enfrentadas ahora sin remedio a la cruda realidad que habían voluntariamente eludido: que entre ambas no tienen mayoría para superar una investidura en la Junta (por no tener no tienen ni fuerza para alcanzar la presidencia del Parlamento) y que no pueden dar por supuesto que el partido de la derecha más dura bendecirá lo que ellos acuerden y les dará sus necesarios doce votos gratis et amore.

También ha venido, lo de Vox, a colocar la política andaluza en el lugar en el que el PSOE. dentro de su desconcierto fúnebre tras el 2-D, ha buscado: el emplazamiento a PP y Ciudadanos a configurar un cordón sanitario contra la ultraderecha que, por aritmética electoral, les obligaría a retirarse de la pelea para apoyar al candidato más votado: Susana Díaz. El número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo, ha verbalizado la nueva situación con brocha gorda: "Andalucía está en manos de la ultraderecha". Al menos ya no la llama fascista...

Al PP no le importa pactar con Vox, pero sí a Ciudadanos, atado a su compromiso con los liberales europeos para cerrar el paso a la derecha populista. Creo que harán lo siguiente: concluir el pacto entre los dos que ha de llevar a Juanma Moreno a la Presidencia de la Junta y que, más tarde, el propio Moreno se reúna bilateralmente con Vox para incorporar a ese pacto alguna de sus propuestas y matizaciones (no las disparatadas ni las irrealizables con la legalidad estatutaria vigente) y garantizarles un puesto en la Mesa del Parlamento.

La otra salida la ha propuesto Albert Rivera: que sea Susana Díaz la que se abstenga para que salga adelante el Gobierno PP-Cs aislando a Vox. Eso no va a pasar.

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