Vueltas a las dos vueltas

Casi lo más interesante del resultado de las elecciones francesas es el sistema electoral francés

Mientras los demás analizan muy bien los resultados franceses, yo me quedo dando vueltas a las dos vueltas. Su primera ventaja es que pone a la vista la diversidad ideológica. En Francia, han recibido un apoyo casi simétrico el centro, la derecha extrema, la derecha y la extrema izquierda, sin contar a los socialistas, de capa caída como marcan los tiempos y la tendencia internacional. Cierto que en España se ha roto el bipartidismo por el eje, pero por el eje del PSOE, en esa línea de los tiempos. Un sistema como el francés hubiese dado muchas más opciones a Ciudadanos y Vox, equivalentes de Macron y Le Pen, respectivamente. Las votaciones a una vuelta imponen en los electores cálculos de oportunidad que les alejan de la defensa de sus ideales.

La segunda vuelta, después, corrige esa diversidad, y previene, de paso, los pactos parlamentarios donde vuelven a venderse la ideología y los principios. El presidencialismo refuerza la responsabilidad del elegido con el programa por el que lo fue.

Encima, entre la primera y la segunda vuelta ocurre algo muy llamativo. Se permite y promociona la permeabilidad. Hay votos que van y vienen. Se evita, por tanto, el forofismo, el atrincheramiento partidista y el inmovilismo mental. Un 55 % de los franceses están llamados a hacer ese ejercicio de tolerancia, transversalidad y posibilismo político. Aprender, por un lado, que las primeras opciones casi nunca salen y, por otro, que no por eso hace falta renunciar, por principio, a los principios es una lección doble. Esa permeabilidad es de doble sentido, porque también los discursos de los líderes tienen que salir al encuentro de nuevos votantes.

De todo lo cual deriva un efecto secundario de primera importancia. La diversidad de posturas y la necesidad de alterar el sentido del voto en una mayoría de ciudadanos refuerza, por pura necesidad de anclaje, la trascendencia de los lazos de unidad, como la bandera, su himno y hasta su sistema político. Si vas a pedir el voto a los que no te votaron, hay que apelar a lo que comparten todos. Si tienes conciencia de la variedad ideológica de la ciudadanía, también has de tenerla de aquello que la permite. Las menciones emocionadas a Francia y a la República de todos los candidatos responden a múltiples factores (históricos, constitucionales, educativos…), también a la segunda vuelta de tuerca a la unidad que implica la segunda vuelta.

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