La ciudad y los días
Carlos Colón
Ministra fan, oposición Bartolo
LÍNEA DE FONDO
SI la patria, y no se me ocurre otra, es la infancia y la adolescencia, una de mis patrias es el rock. Tengo algunas más. Londres, por ejemplo, una ciudad en la que fui inmensamente feliz. Comparto dos patrias, por tanto, con el ganador del Tour, Wiggins, un tipo por el que siento simpatía desde que dijo que su canción favorita era la versión del Heat wave de los Who. Entre eso y sus patillas, que delatan un mod de la cabeza a los pies, lo que me evoca mis años tiernos de parcas, vespas y soul, soy un incondicional de Wiggins, cuya figura crece en cada nuevo detalle. En la rueda de prensa tras ganar el oro contrarreloj, esa prueba que se inventaron los ingleses para desafiar las prohibiciones de 'no me hagan grupos' en los años de lucha obrera de la revolución industrial, una lucha que se difundía en bicicleta , Wiggins evitó los topicazos, contó sus sensaciones cuando el público rugía en algunos lugares míticos de Londres y zanjó su comparecencia con un sencillo: "Así que ahora lo voy a disfrutar con un vodka con tónica". Y se saca no se de dónde el combinado helado y le pega un trago. (Y ya van tres patrias). No me confundan. Me alegro de los triunfos españoles, pero no puedo evitar pensar que tengo más que ver con Wiggins, que practica un deporte que adoro en toda su belleza y su fealdad, que, pongamos por caso, con Piqué, que acude a los partidos escuchando reggaeton y que es un tipo que me cae mal. Tampoco me cae bien Alonso con sus desplantes, ni Contador, que ataca cuando al rival se le sale la cadena. Y me cae mejor el caballero Federer que el peluche Nadal, que no me cae mal porque no tengo nada contra los peluches. En el deporte nos obligan a un patriotismo impostado. Tendría que desear, por decir algo, el triunfo del equipo español de doma -a mí qué me importa la doma- en las Olimpiadas, formado por unos señores que se llaman Brabançon y Dockx, cuyos apellidos, me da, tendrán que ver con aristócratas sistemas circulatorios que no cuadran con ninguna de mis patrias. Me agota ser español español español. Qué leches. Yo soy de Wiggins y del Atleti.
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