La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

No hay que acostumbrarse

La humanidad ha progresado porque no se ha acostumbrado a vivir con los males que la oprimen o la matan

Hay que acostumbrarse a vivir con…". Esta maldita frase hace años que se aplica a todo lo que empeora la vida o la pone en peligro, restringe las conquistas sociales o las anula. Es una apelación al conformismo, la resignación y la pasividad; una renuncia reaccionaria a cambiar las cosas, un abandono de la lucha por mejorar las condiciones de vida o mantener lo que se ha conseguido, un fatalismo premoderno. Da igual que se trate del terrorismo islamista, la recesión económica, la quiebra del estado del bienestar o la precariedad de las condiciones de trabajo.

Quienes tienen el poder y la obligación de cambiar las cosas nos han repetido una y otra vez que tenemos que acostumbrarnos a vivir con el terrorismo islamista, con los más dañinos efectos de la globalización, con la pérdida de la estabilidad en el puesto de trabajo, con los contratos basura, con la marginalidad que corroe los barrios periféricos de las grandes ciudades, con la imposibilidad de conciliar la vida familiar y la laboral, con la pérdida o la degradación del estado del bienestar… Y ahora con el Covid-19.

Como si los gobernantes no pudieran hacer más de lo que hacen, que es bien poco viendo como están las cosas. Si esta mentalidad se hubiera impuesto en los siglos XVIII y XIX seguiríamos viviendo en las sociedades estamentales bajo monarcas absolutos, los niños seguirían trabajando en las minas, los obreros trabajarían doce horas diarias sin jornadas de descanso ni derechos, la mayoría de la población seguiría siendo analfabeta, estaría vigente la esclavitud y desde luego no habrían existido, no solo los grandes reformadores o revolucionarios políticos, tampoco Semmelweiss, Pasteur, Koch o Fleming.

Como bien escribía ayer nuestro director, José Antonio Carrizosa, "lo peor de esta segunda ola del maldito bicho es que nos estamos acostumbrando a vivir con él como si fuera un elemento más del paisaje y como si lo de la nueva normalidad fuera algo más que un eslogan con el que los responsables de la situación quieren ocultar algunos de sus fracasos". No hay nueva normalidad, sino una adaptación transitoria a una situación anormal. No hay que acostumbrarse a vivir con el Covid-19 tal y como ahora, sin vacuna, nos está arrasando. Hay que vivir en guardia contra él. Hay que gobernar contra él. Hay que luchar contra él. Podremos vivir con el virus cuando haya vacuna. Mientras tanto sobrevivimos.

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