Podríamos estar hablando de una salida de tono, de una forma de llamar la atención con algunas declaraciones que, a veces, hacen determinados personajes públicos. Manifestaciones que cambian en un segundo el titular que tenía pensado el periodista que acude a cubrir este tipo de actos. Porque son manifestaciones que sin querer o intencionadamente podrían estar orientadas a acaparar el protagonismo del momento, aunque conociendo a nuestra alcaldesa este no sea el caso.

En realidad el motivo principal del encuentro es otro muy distinto también lleno de amor que es lo que quiso expresar. Me refiero al discurso de cierre que nos regaló nuestra querida alcaldesa Mamen Sánchez en el acto institucional y solemne de entrega de los premios Ciudad de Jerez, celebrado el pasado viernes en el teatro Villamarta. Unos premios que en esta edición han tenido un sentido especial y muy humano, solidario y lleno de amor -eso si se le entendió bien- si señores y señoras repleto de amor a los demás. Amor que han entregado sin medida todos los premiados y los colectivos a los que representan, formados por cientos y miles de personas con nombres y apellidos cada una de ellas que no se han escondido -como muchos- si no que han entregado sus conocimientos, su tiempo y arriesgado sus vidas en unos momentos extremos donde morían miles de personas nuestro alrededor. Pero ellos sin dudarlo, sin alegar motivo alguno o excusa se pusieron en peligro para ayudar a los demás.

Emociona sobremanera saber que a nuestro lado no solo hay políticos incompetentes utilizando dinero público de nuestros impuestos para librar sus batallas personales y de marcas políticas. Enorgullece y tranquiliza de alguna manera saber que tenemos personas que no utilizan la distinción política, de sexo, raza o religión y que están dispuestas a ayudar a los demás. Debería bastar con este ejemplo que aglutinan los premios Ciudad de Jerez para que algunos indeseables políticos que solo buscan su bienestar individual engañándonos día a día, tomen buena nota de estos ejemplos y dejen de esforzarse en intentar enfrentarnos.

Nosotros no queremos ni deseamos tener ninguna división ni crear bandos. Los ciudadanos queremos , como habéis podido comprobar en estos premios Ciudad de Jerez, ayudar y convivir en paz. Unos premios Ciudad de Jerez bien definidos y con una carga emocional muy fuerte por cuanto representa. Con un emotivo y “atrevido” mensaje de nuestra alcaldesa que nos invitó a “hacerle el amor a Jerez”. Allí en el Villamarta, podéis imaginar lo que dijeron algunos con la broma después de escuchar esas palabras cuando menos “curiosas”. Esos mensajes tan originales además de hacer cambiar un titular , en un Jerez lleno de arte y picardía es toda una aventura. Unas palabras que podrían generar un ambiente como el de Kichi cuando quiso cambiarle el nombre al estadio Carranza. Que le salió el tiro por la culata. Pero en todo caso unas palabras que dan su chispa y su encanto a un acto de categoría y emoción absolutamente justificado. Un acto que cumplió escrupulosamente con las medidas de seguridad y distanciamiento donde nada más entrar te median la temperatura. Temperatura que al salir y después de invitarnos a “hacer el amor a Jerez” menos mal que no volvieron a tomar...

Por otro lado también son mejorables, sin ánimo de molestar, algunos detalles protocolarios. Por ejemplo pudimos observar que estaban sentados vestidos de gala en la fila 13, casi al final del patio de butacas, los más altos mandos de la Policía Nacional y Local de Jerez. No es del todo coherente, ¿no? Y, por otro lado, después de escuchar la bonita música ‘La Lista de Schindler’, interpretada de maravilla con violín y violonchelo por unos jóvenes músicos de Jerez, le entregaron un ramo de flores a la chica del violín pero nada al chico del violonchelo. ¿Despiste o discriminación? Menos mal que no fue al revés. En todo caso ya sea en la plaza Aladro, en la del Arenal o en la calle Larga “hagámosle el amor a Jerez” y vaya usté condió.