VOLVEMOS a vivir el fin de semana más seguro del año. Entre los ochocientos policías nacionales, todos los locales y cientos de guardias civiles, es de suponer que podremos pasear tranquilos y los chorizos tomarán descanso estos días. Mi amigo me especifica que deberán descansar los mindundis, esos que roban bolsos, carteras, etc. Los que vemos en los diarios acusados de múltiples tropelías en sus cargos públicos, no, y los que la prensa, por razones que no entendemos, no denuncia, tampoco. Esos, no solo no descansan nunca, sino que tampoco se mueven por mucho que les sople el viento. Joé, es que aquí se prevarica y no pasa nada, se hacen acusaciones unos a otros y tampoco. Como bien decía esta semana Antonio Reyes, es necesaria una regeneración del sistema que aporte un soplo de aire fresco, que nos haga creer de nuevo en las instituciones y en quienes las representan, pues no es normal que con la que está cayendo, los políticos y la clase política sean el tercer problema de los españoles. Así nos va.

El primero, por desgracia, lo conocemos muy de cerca: el paro. No hay más que ver como está el patio, entre los que han perdido el empleo, los que vemos como peligra el que tenemos y los que lo tienen, pero no cobran por su trabajo. Además, como bien dice mi amigo, si esto está así ahora que estamos en campaña electoral, cuando no haya elecciones y no haya que mantener el tipo ¿qué pasará?

En fin, al menos estos días nos consolaremos con poder pasear tranquilos, protegidos y si puede ser, por aceras y calles limpias, que solo con los 6.000 millones de pesetas de intereses que decía ayer el Diario que va a costar el tema de la basura y limpieza, es para que Jerez esté escamondada y brillante y no como la van a ver los visitantes de las motos. Además, aunque el gobierno municipal lo niegue, la repercusión de esos intereses tan singulares, la notaremos los jerezanos en los recibos más pronto que tarde. Así, que lo mínimo es exigirle a la empresa que, al menos en limpieza, la ciudad esté en perfecto estado de revista… ¡y no como ahora!