La columna

Luisa Fernanda Cuéllar

De ángeles y algo más

Ya estamos en diciembre y en temporada de frío. Dan ganas de no salir por la noche y resguardarse de la intemperie leyendo un buen libro. Yo empecé a leer uno que me han regalado. Es un libro poco común, trata de ángeles y de cómo están presentes en nuestra vida y en nuestras actividades cotidianas. En cada página se cuentan historias de personas que no se explican cómo han salido de situaciones difíciles o de un inminente peligro. Sólo saben que alguien estuvo junto a ellos en el lugar y en el momento indicado para echarles una mano o para impedir que hicieran una acción que les pusiera al borde de la muerte.

Se narra que estos personajes venidos de las alturas son capaces de aparecerse como cualquier persona normal para no ser reconocidos. En ningún momento se muestran vestidos con túnicas blancas ni alas, sino que pueden dejarse ver con chaqueta y corbata, con una americana o hasta con un mono. Pero también se cuenta que lo único que los puede delatar es su mirada profunda, llena de amor y carente de malicia.

Es muy gratificante leer sobre este tema, por un momento se olvida la violencia que se cierne sobre este mundo, los problemas del trabajo y las intrigas políticas. Es una forma de aislarse y penetrar en un mundo donde la bondad es la protagonista de la historia. Cada párrafo es una invitación a renovar la esperanza en el ser humano y a sentir la protección de seres superiores.

Al final del libro venía una grabación con la música del Himno de los Querubines que forma parte de la liturgia de san Juan Crisóstomo compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky, inigualable compañía para esta lectura que hace que les imaginemos hermosos, perfectos y siempre cantando alabanzas al Señor.

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