A rienda suelta

Carlos Piedras / Cpiedras@diariodejerez.com

El árbol, el niño y el libro

AYER cien niños de dos colegios de Jerez dieron un paso de gigante en su realización personal: plantaron un árbol, por lo que sólo les queda tener un hijo y escribir un libro, según el aforismo que se atribuye al poeta cubano José Martí. De hecho, a mí ya me han cogido una ventaja notable: por el momento sólo tengo sobrinos, soy uno desastre con mis plantas y, en cuanto a escribir, por el momento no paso de las líneas que están leyendo (aunque tenga cosas por ahí por los cajones). De todas formas, y con la promesa de ir despabilándome, no creo que me cojan más ventaja: el segundo aspecto creo que, hoy por hoy, no sería más que un serio disgusto familiar -por mucho Martí que se invoque- y lo del libro, pues veremos. Mis amigos que se dedican a la Enseñanza dicen que la cosa está muy mal, pero claro, los maestros están todo el santo día quejándose. No sé, incluso ahora alguno se anima y escribe en la lengua de Pla, Aresti o Castelao. Tampoco sería tan nuevo: Lorca ya escribió en gallego.

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