HABlando flamenco

Pepe Marín

Los árboles no me dejan ver el bosque

Es tanabundante el arbolado -léase conmemoración del 750 aniversario de la adhesión de Jerez a la Corona de Castilla, Capital Mundial del Vino, Festival de Jerez en su mayoría de edad y multitud de actos paralelos como exposiciones, catas, brindis, etc.-, que ha sido difícil -al menos lo ha sido para mí-, poder centrarme en un tema concreto como puede ser el del recuerdo; el del recuerdo de artistas con los que en mayor o menor medida conviví -léase ahora Ana Parrilla (en la imagen), Tío Juane o María Soleá-, por centrarme en tres nombres de la impresionante nómina flamenca jerezana y, a los que Diario de Jerez ha dedicado atención reproduciendo en parte entrevistas de Juan de la Plata rescatadas por Fran Pereira. Con los tres mantuve contactos de años: con Ana incluso hasta presentarla en su actuación de despedida -antes de contraer matrimonio-, en el Campo de Gibraltar, después de haber conectado con su madre, Bernarda y con su padre "Parrilla" lo mismo en su domicilio de la calle Campana como en largas conversaciones con el patriarca sentados en un alto escalón bodeguero existente en la desembocadura de Marimanta con Porvenir cuando casi cada tarde al dar por finalizada mi jornada en Radio Popular me dirigía a mi casa de calle Argüelles y me frenaba "Tío Parrilla" para echar largas parrafadas -que yo agradecía y agradeceré siempre-, y que, aún con sus limitaciones me ilustraba sobre el mundo flamenco que él había mamado por herencia familiar y por propia vivencia. Fueron muchas tardes de verano las que compartí con el padre de Juan, Manuel, Manuela y Ana Parrilla.

Precisamente con Ana mantuve una profunda y larga amistad -como la que sostuve con su hermano Manuel-, hasta el extremo de ensayar con ambos textos de Federico García Lorca y Alfredo Mañas -ninguno de los dos pudimos ponerlos en pie-, y escribirle el texto para el díptico del espectáculo montado por ambos hermanos como homenaje a su progenitor y, en el que Ana estrenó las trilleras en el Centro Cultural de la entonces Caja de Ahorros de Jerez en plaza de las Marinas, lugar en el que así mismo ambos hermanos junto a otros artistas protagonizaron la presentación de los primeros volúmenes de "Así canta nuestra tierra en Navidad" que yo solía presentar. Como he referido, entre otras muchas actuaciones, me cupo la satisfacción de presentar a Ana en su despedida de los escenarios antes de contraer matrimonio. Con Manuel sí que pude dar forma al espectáculo "Entre Víznar y Alfacar" con la intervención de la bailaora Maribel Reyes y el cantaor Diego Vargas, espectáculo representado en diversas ocasiones entre otras en la Mezquita del Alcázar jerezano. Lo dejo aquí aún cuando el tema da para mucho más.

Mi conexión con María Soleá y su pareja Enrique -hermano de Tío Juane-, fue constante, especialmente durante el tiempo en que ambos vivieron en la Estancia Barrera, vivienda junto a la fragua del padre del Nano y más tarde, ya sola junto al menor de sus hijos, en una barriada próxima a Federico Mayo -en estos momentos no sitúo su denominación en el nomenclátor callejero-, hasta cuando le ofrecimos un gran homenaje en un recinto desaprovechado siempre: el espacio abierto en las instalaciones de Ifeca.

Lo de Juan Fernández Navarro, Tío Juane, merece capítulo aparte ya que, desde que estrenáramos "La Fragua…" en el ya citado salón de actos de la Caja de Ahorros de Jerez con el propio titular, sus hijos Cayetano y Manuel y la guitarra de Parrilla, hasta recorrer en primer lugar la provincia, de un lado con la citada entidad de ahorro y de otro con la Diputación Provincial de Cádiz, -llegando incluso a intervenir en la XX Fiesta de la Bulería, en la Plaza de Toros de Jerez, compartiendo cartel con Camarón de la Isla, José Mercé, Juan Moneo Lara "El Torta", Tomatito, Manuel Moneo, Manuel y Juan Morao, María Soleá, Luis de la Pica, Fernando de la Morena, José Vargas "El Mono", etc.-, hasta prácticamente actuar en la mayoría de pueblos y ciudades de Andalucía y Extremadura de la mano de Banesto pasaron meses, años y otros guitarristas se sumaron al elenco: "Moraíto", Pedro Carrasco "Niño Jero". Manuel Lozano "El Carbonero" y más asiduamente Fernando Moreno, ampliándose el cartel con las intervenciones de los cantaores Chano Lobato, Romerito de Jerez y Paco Taranto y de la bailaora Carmen Ledesma. Llegamos a actuar hasta en la plaza de Toros de Melilla. En aquellos años no existían vallas con cuchillas. Al menos no teníamos noticias de su existencia. Otro día más.

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