ERA como un Jumbo. Un avión de viajeros grande, compacto, con sus ventanitas grises y con caritas de gente pintadas en el exterior como si estuvieran en el interior. No recuerdo que tuviera luces, aunque creo que funcionaba a tracción. Hoy sería un componente más de los doscientos paquetes que abren los niños, algo para rellenar comprado en una tienda de todo a cien. Seis euros, siendo generosos. Bueno, era mi avión. A mi lado. Yo estaba muy nervioso, no conseguía conciliar el sueño. Era la mañana de Reyes y ese era mi regalo, mi único regalo. No estaba envuelto. Era mi avión. Me senté en la cama y lo observé admirado, por arriba y por abajo. Las ruedas, el morro, las letras del fuselaje. Supongo que por entonces mi familia no andaba bien de dinero, pero yo debía tener cuatro años y no entendía de eso porque tenía nadamenos que un avión con el que volar a donde quisiera. Es el primer recuerdo de mi vida. Valórenlo. Era un niño con un avión. Fui feliz como no recuerdo haberlo sido nunca. Mi avión ...
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios