Lo de Gallardón ha sido muy importante, porque ha supuesto, ni más ni menos, que el personal vuelva a hablar de política. A ver, ¿cuánto hacía que no me llamaba un colega de Madrid o un hermano para preguntarme qué me parecía un tema político? En la vida, pero esta semana no he dado abasto. "¿Qué te parece lo de Gallardón?", me dice, sin decir siquiera hola, un amigo sociata. "Pues no sé, creo que es mi problema 5.632", le digo, una broma mía (el número cambia, pero siempre es muy alto) que creo que en algún momento 'cogí' de Cela opinando de la guerra del Vietnam. "¿Qué te parece lo de Gallardón?, me pregunta media hora después otro amigo pepero. "Pues no sé, creo que es mi problema 1.628", le digo, y me doy cuenta poco después de que instintivamente he bajado el número. "¿Y lo de Pizarro Endesa?", me preguntaron los dos. "Pues allá cada uno y sus elecciones", respondo, momentos antes de darme cuenta de que ya pienso que es mi problema (como periodista) 132...