Yendo al grano

Víctor Cantero

Cuando las barbas

De tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar, y en este caso no será por falta de agua… ¡que ya nos sobra! Me refiero con el dicho a los desastres que la madre Naturaleza ha causado recientemente en Francia y en Chile. El cobro en vidas humanas me hace pensar que algo está cambiando a pasos agigantados en nuestro medio natural y nadie está poniendo freno ante tanto ataque desmedido a nuestro entorno físico. No resulta normal que en pleno siglo XXI no existan sistemas se alerta y de prevención a la población sobre las desmanes que puede ocasionar una climatología tan revuelta y adversa. Estos hechos me han llevado a hacerme una simple pregunta, ¿estamos preparados aquí para afrontar un imprevisto de similar calado? No podemos olvidar que nuestra provincia cuenta con un extenso litoral costero, y que cuando el mar se "irrita" hasta extremos imprevisibles hay que estar preparado para lo peor.

Y cuando no se enfada el mar, tiembla la tierra, como ha pasado en Chile. Todo ello son toques de atención que espero tengan muy en cuenta nuestras autoridades de protección civil, pues las catástrofes naturales son impredecibles, pero los avisos de su posible llegada siempre se nos dan con tiempo. Resulta muy cómodo ver por televisión los males y las desgracias causadas en países lejanos por los diferentes desajustes de la natura, pero de lo que ahora se trata es de tomar buena nota de ellos y de preparar a la ciudadanía ante posibles eventos que recalen en nuestro territorio.

Es cierto que no estamos en años de bonanza, pero la inversión en previsión de riesgos naturales y educación ciudadana para afrontar los desmanes del clima no pueden quedar faltos de recursos. En modo alguno pretendo se catastrofista, sino previsor. Todo el daño que desde cualquier ámbito le hagamos al espacio natural, éste tarde o temprano nos lo devolverá multiplicado. Por ello crecer y expandirse por el planeta no puede hacerse a cualquier precio, antes bien ha de ser en permanente armonía con el ámbito natural en el que nos desenvolvemos. Nada de lamentos, manos a la obra para estar bien precavidos, pues de momento ni el tiempo ni sus desarreglos son susceptibles de manipulación alguna por el ser humano.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios