CON MALA UVALa columna

Ana Pielfort

La bota de los turbiosComida de empresa

La calle Larga es una de las vías más transitadas de la ciudad y más en estas fechas en las que muchos jerezanos ya están pensando en la lista de los regalos de Reyes. Su limpieza es algo que preocupa al Ayuntamiento y desde ahora se va a contar con una nueva máquina, que limpie todas las noches el lugar y la deje niquelada para el trasiego diario, en ese menester la captó PASCUAL.

CHISMORREABA con algunos amigos sobre si iban a ir o no este año a sus respectivas comidas de empresa. Esa era la cuestión incuestionable. Celebrar con semejantes y superiores que juntos se es mucho más que un equipo de trabajo. Menuda suerte, menuda juerga. De entrada, los problemas que teníamos eran básicamente de fechas y compromisos, pero luego, a medida que cada uno fue relatando su año laboral, y el balance se tornaba negativo, las dudas crecían.

En este tema no hay recomendaciones que valgan. Desde arriba, los gurús del "management" lo venden como una oportunidad para reforzar los lazos de convivencia y el sentimiento de pertenencia a una institución. Desde abajo, viendo los menús de carne y pescado, el hecho de verse compartiendo mesa y mantel con ciertos colegas, o presuntos superiores, ya de por sí indigesta.

A nadie se le pone una pistola en el pecho para que vaya con cara larga. Pero, conviene recordar que a ciertos superiores les cabrea que sus empleados no acudan a un evento informal organizado por la organización; no soportan que ningún mindundi respire por su rendija de libertad. Y lo peor es que estos tipos nunca se relajan. Aunque dejen el trabajo en el despacho, siempre llevan el organigrama encima, y pueden hacer uso de él, a modo de tarjeta roja, en la pista de baile, ante un "movimiento sexy", o un "Escándalo", como el de Raphael.

Los expertos en dirección de negocios tienen razón cuando dicen que las comidas de empresa son una oportunidad, pero, sobre todo, porque siempre hay un grupo de buenos compañeros, y algún que otro jefe despistado, con quienes da gusto trabajar durante todo el año. Ahora, nunca está de más llevarse al fiestorro algo para la acidez.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios