CON MALA UVAla nicolumna

Nicolás Montoya

La bota de los turbiosSubida de tipos de interés

Horas después de que Diario de Jerez denunciara ayer en su suplemento ciudadano el peligro que entrañaba un acceso forzado en el viejo Cine Jerezano operarios municipales, en colaboración con agentes de la Policía Local, procedieron a limpiarlo y enrejarlo. Tal y como expuso este medio, el riesgo de incendio era enorme al estar lleno de basuras. La respuesta municipal ha sido de lo más rápida. Foto: PASCUAL.

SUBE el pan, sube la leche, sube el paro,ý la hipoteca, el autobús, los tipos de interés. Hay muchas formas de subir, pero lo de los tipos de interés no tiene desperdicio porque son los que a la larga nos putean todo el año. En periodos así, es cuando nos damos cuenta de lo que un verdadero tipo interesante como Newton dejó para la historia con esa ley en la que todo subía o bajaba según el peso de la masa, incluida la encefálica, y lo grave que es para el bolsillo que todo suba menos los ingresos de las familias de San Telmo, las de San Joaquín o las de Torremelgarejo. La cuesta de enero, con tanta subida, se hace interminable, y más que una cuesta parece una pared para la que más que bicicletas deberíamos alquilar ganchos, cinchas y material de alpinismo. Eso sí, si los variados intereses de las cabezas pensantes son capaces de dar contenido lógico a alguna iniciativa.

Porque mientras algunos hacen encajes de bolillos para llegar a fin de mes, hay muchos tipos haciéndose los interesantes. Demostrando a diario que la razón tiene poca cabida en nuestro entorno. La lógica brilla por su ausencia y asumiendo que es más atractiva una parafernalia de buenos modales que un buen proyecto personal o político. Embarcados, como estamos ya, en otras elecciones, empezarán a aparecer promesas por todas las esquinas e intereses fatuos amparados en el incremento de propuestas para que las mentiras también sufran un incremento directamente proporcional.

Y en esta encrucijada estamos. En pleno mes de Enero, con iluminación navideña aún, escuchando coplillas de carnaval, asumiendo la parafernalia de la colocación de los palcos o asistiendo al anticipado final de temporada del club de la ciudad.

Por cierto, los tipos de interés escasean por estos lares. Puede que estén, pero camuflados, no se les ve con la mirada limpia, e incluso puede que alguno nos de la espalda, a imagen y semejanza de las nuevas tendencias del Vaticano.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios