DESDE LA CASTELLANA

Alejandro / Daroca / Adaroca@ Nortideas.com

De buenas intenciones están llenos los infiernos

EN Política, como en la vida misma, se nos va mucha fuerza por la boca. A veces se trata de "cantos de sirena" en momentos que hacemos público un sueño que ajetreamos en nuestro interior desde hace años y que, sin pensarlo mucho, lo evidenciamos delante de familiares o amigos y queda en eso, en un canto a la esperanza sin la menor posibilidad de que se haga realidad. No tienen mayor importancia porque no trasciende del ámbito en el que lo hemos manifestado, y esas buenas intenciones se quedan en eso, en sueños hechos públicos pero que no interfieren en la vida del protagonista ni de quien los escucha. Es como cuando decimos eso de "a partir del Domingo de Resurrección voy a dejar de fumar" o cuando un hijo nos manifiesta "dame la paga, papá, que ya verás como voy a estudiar este trimestre y apruebo todo".

Pero es más peligroso hacer manifestación de intenciones cuando estas van a afectar a la vida misma de los ciudadanos y su viabilidad es de dudoso cumplimiento. Sus manifestantes acaban creando una gran desilusión en los futuros afectados. Por eso creo que muchos políticos deberían estar en los infiernos, si es que estos existen de verdad. No hay más que releer los periódicos desde el mes de enero y comprobar la gran cantidad de intenciones que han manifestado políticos de todo orden de cara a convencernos para que al final le diéramos nuestro voto.

Pasadas las elecciones y pasada la aguada y fría Semana Santa, entramos en abril con las motos y la Feria. Acontecimientos ambos de importantísima repercusión para Jerez a nivel nacional e internacional y de donde redunda gran parte de nuestro prestigio e imagen. Hay que pedir a quien corresponda que el agua del Miércoles Santo no se repita durante la Feria y transcurra con éxito y brillantez; otra cosa han sido las protestas de algún hostelero por "el cierre" del centro de la ciudad a los moteros.

Pero volviendo a lo de las intenciones, tenemos sobre el tapete un buen puñado de ofertas del máximo interés, en todos los órdenes. Desde el arreglo del célebre desaguisado del "catastrazo", al arreglo de nuestras Iglesias, que da pena ver qué mal, qué lento y con cuánto malestar para el ciudadano se están enfrentando estos arreglos. Y las intenciones de vender los asuntos económicos del Xerez y de nuestro balompié a las intenciones de pagar de una vez las muchas deudas del Ayuntamiento con entidades privadas y particulares. Y no hablemos de las rebajas de impuestos prometidas por los partidos para los ciudadanos o de las múltiples subvenciones que han ofertado durante la campaña electoral.

De todas ellas, hay dos que observo con detenimiento. Una de ellas, es la oferta de 7.000 euros que se ha realizado por la Junta a los Centros escolares andaluces que rebajen el nivel de suspensos. Es una absoluta desvergüenza. Es lograr la manga ancha de profesores y educadores y aprobar a los alumnos con absoluto desconocimiento de las materias básicas. ¿Es todo lo que se le ocurre a nuestros políticos para elevar el nivel de interés, de conocimiento y de sabiduría de nuestros alumnos? Tenemos la fortuna de que, al parecer, la mayoría de profesores y educadores han mantenido cierto sentido de la ética y de la estética y han contestado un rotundo "no". Y la otra observación la tengo puesta en la oferta económica para los cuidadores de nuestros mayores e inválidos, los que por dedicarse a esta función, van a recibir determinadas cantidades. Los políticos que manifestaron estas intenciones y después no las cumplen, deberían ir destinados, pero en vida, a los infiernos. Sin paliativos ni paños calientes.

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