Hace escasos días que Jorge Ramos Sánchez ha asumido la dirección y gerencia de la Real Escuela Ecuestre de Jerez. Una institución que deja con un buen trabajo realizado Juan Carlos Camas y entre uno y otro hay que recordar también la excelente labor de Juan Carlos Román.

Jorge Ramos Sánchez se incorpora a una institución que nada más y nada menos está encabezada por una palabra digna de estar posicionada como la máxima referencia en la gran familia del caballo. Con el peso y la repercusión que tiene pero con el recorrido que todavía tiene. Jorge Ramos tiene el espíritu, la experiencia en gestión y la formación propicia para que esta nueva etapa sea fructífera para la Real Escuela y para Jerez.

Más por su actitud que por su sobrada aptitud. Digo actitud porque al final las empresas, las instituciones se contagian del espíritu y de la armonía que se distribuye desde la dirección y eso es bueno para todos. Es cierto que la institución tiene una larga trayectoria y muchas personas que en un cargo o en otro forman parte de la historia y de su evolución.

También es cierto que habrá que buscar fórmulas para que todos “cabalguen” contentos en la nueva etapa. Es muy bueno que el nuevo gerente no sepa ni montar a caballo porque no trae vicios del mundo de la gestión de ‘empresas de équidos’ y menos a este nivel. Pero trae las ideas claras, buscando aliados de máxima referencia y dándole el sitio que siempre merecieron porque fueron los que inventaron la Real Escuela. Me refiero a Álvaro Domecq.

Jorge viene dispuesto a integrarse en la ciudad más importante del caballo como es Jerez. Viene limpio y sin ataduras políticas, realmente es un gestor cualificado e independiente. Llega a Jerez con ideas coherentes, conciliadoras y realizables –ya lo veréis– . Muchos gurús vienen con ideas que después no se pueden ejecutar y además no son sostenibles en el tiempo.

Atento y siempre escuchando lo que dice la persona con la que dialoga son habilidades de un excelente directivo que apuesta por las personas que están a su cargo y por la institución. Ahí es poco. Un ‘granaíno’ que vive en Sevilla y le encanta Jerez. Hijo de empresarios de los buenos que lucharon duro. Persona pulida en escuela de negocios. Padre de tres hijos y una mujer que le apoya en esta aventura que, además, de trabajo y sacrificio dará muchas alegrías y podrá hasta disfrutar. Su ánimo es de darlo todo para que disfrutemos los Jerezanos, generar economía para la ciudad impulsando la Real Escuela de Arte Ecuestre y vaya 'usté condió'.

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