Notas al margen

David / Fernández / Director De / Diario De Jerez

Un bulto sospechoso

SI le ofende la falta de sensibilidad de Ryanair es porque se resiste a creer que considera a sus pasajeros su producto y no sus clientes. Como explica el analista del Grupo Pharos, Marcos Urarte, cuando esta compañía se sentó por primera vez con los políticos a 'venderle' millones de pasajeros al año, a cambio de jugosas subvenciones, y estos aceptaron, ese día cambió el modelo de negocio. A los pasajeros les queda quejarse amargamente al tener que pagar 40 euros para que impriman la tarjeta de embarque que olvidaron en casa. Y otras cláusulas son aún más abusivas, pero la mayoría pasa por el aro cuando no existe alternativa. Sin ir más lejos, si quieres volar a Londres o a Frankfurt desde La Parra, tienes que hacerlo con Ryanair. Otras compañías, a la vista de sus resultados, siguen su pauta y ya consideran a los ayuntamientos, diputaciones y gobiernos regionales sus clientes, la fuente de su rentabilidad. La mayoría exige importantes sumas, que a veces se traducen en campañas de publicidad en sus 'webs' para volar a ciertos destinos. Ya hace tiempo que los pasajeros son lo de menos también para ellas.

No pocas instituciones públicas se comportan como estas compañías al dar la espalda al ciudadano como si fuese un número, olvidando que no son una empresa, que sólo las personas y la vocación de servicio le otorgan la razón de ser y que existen tantas alternativas como partidos: más o menos demagogos y centrados, pero alternativas al fin y al cabo. Ignorar la calle en un tiempo nuevo en que el pasado no cuenta porque vivimos sometidos al imperio del instante es un terrible error. Sobre todo, porque en esta nueva era, los ciudadanos quieren tomar las riendas en las decisiones que les afectan. Muchos ejercen la función pública y no se enteran porque han llegado a pensar que los ciudadanos son 'su' producto y no sus clientes. ¿Cómo darles la razón si no los oyen? En lugar de pensar a largo plazo, como hizo don Juan Carlos al abdicar, muchos políticos, sobre todo los que sólo han vivido bajo las faldas de su partido, buscan el regate en corto y el voto al precio que sea, aunque vendan su alma al diablo.

Sin pudor, utilizan las instituciones para obtener votos y no velan por el interés común. Lo mismo le dan patadas al PTA que a la Justicia. Están tan ciegos, que perdieron la confianza y el cariño de la gente y no lo vieron hasta que fue tarde. Tarde, incluso, para imitar al Rey y tomar el camino de vuelta a casa que no pocos debieron emprender hace tanto, en lugar de perpetuarse en el poder. Luego nos asombra que exista gente capaz de todo por presidir un club de petanca o el rellano de una escalera. El voto de castigo y de la furia respondió a años de sacrificios sin que los políticos dieran ejemplo. Tan deprimente como ciertas compañías de bajo coste. Antes, sólo Ryanair volaba de Jerez a Barcelona. Hasta que llegó Vueling, que permite embarcar con dos bolsas y no obliga a correr para coger asiento. Tampoco te clava por llevar equipaje de más. Sus vuelos siempre van llenos. Ryanair, a partir de esta realidad, acepta subir con dos bolsas. Si quieren enderezar su rumbo, los partidos han de sensibilizarse con los electores. Para empezar, no pueden ver a las personas como 'su' producto. Son sus aliados, no un bulto sospechoso.

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