Yendo al grano

víctor / cantero

De calidad

Este es el calificativo que nuestros políticos se empeñan en dar a la Educación en nuestro país, y para ello se hace imprescindible consensuar un gran Pacto de Estado por la Educación. Un Pacto en el que se perfile un Sistema Educativo con contenidos curriculares muy claros y bien delimitados, en el que se determine una verdadera valoración de la cultura del esfuerzo del alumno y en el que se premie el mérito y la excelencia del aprendiz. Y en la base de dicho consenso se ubica una nueva filosofía del hecho educativo. Ya no se trata tan solo de enseñar mucho y bien, sino de educar más y mejor a los pupilos. Educar en el sentido etimológico del término: "ayudar al desarrollo integral de las capacidades de cada persona". Pues ya lo decía nada menos que Pitágoras: "educad a los niños y evitaréis castigar a los mayores". De aquí la importancia de comprender que a lo largo de nuestra historia, la educación ha sido el medio del que se han servido los pueblos de todas las épocas para lograr un modelo de vida más óptimo. Por ello la educación es el camino más acertado para acortar las diferencias sociales. Pero para educar, al margen de contar con el propósito de hacerlo tenemos que tener presentes una serie de elementos. En primer lugar conocer al sujeto biológico, es decir la persona a la que vamos a educar. El demandante de la educación percibe esta como una necesidad vital, como un instrumento imprescindible para lograr su supervivencia como ser vivo. Estamos en los primeros años de la vida de cada persona, etapa en la que debemos contar con los recursos esenciales para sobrevivir ante la adversidad. En estos momentos recae en los padres el deber de educar a sus hijos. La educación en el seno familiar es el primer peldaño esencial en la carrera formativa del sujeto.

En un segundo paso llegamos a la Educación Infantil, la entrada del niño a la institución escolar. Etapa en la que la coordinación y las buenas relaciones entre escuela y familia es un factor esencial. Ambas instituciones deben coordinarse para corregir las malas tendencias y los malos hábitos del menor.

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