Bernardo / Palomo

Por los caminos de la auténtica modernidad

ERA casi obligado que la sala Arteadiario programara, antes o después, una exposición como esta. DIARIO DE JEREZ lleva veinte años apostando, desde su página de crítica artística, por la creación más inmediata y, pese a quien pese, hay que afirmar que los derroteros de la plástica más actual se encuentran muy cercanos a los que Daniel Sánchez nos oferta con esta muestra. En ella, la videoinstalación y la fotografía -conformada con tan novedosos soportes - nos conducen por unos caminos originales ofreciendo las infinitas posibilidades que las nuevas tecnologías generan.

Dani Sánchez no es nuevo en esto, ni accede a tales estamentos para, como ocurre con muchos otros, dar imagen de modernidad. Es profesional de esto y ejerce como tal. Actualmente se encuentra en Los Ángeles, California, estudiando fotografía y cine, becado por La Caixa. Su solidez creativa no nos ofrece dudas, su futuro artístico tampoco. Los criterios exigidos para exponer en Arteadiario están más que cumplidos. Pero, aparte de estas mínimas e innecesarias consideraciones, nos interesa la obra de este joven artista; ella encierra los abiertos postulados que conforman la modernidad artística y, además, está comprometida con una realidad que no puede dejar indiferente.

La exposición se nos presenta dividida en dos partes que, lejos de ser diferentes, sirven, una de otra, de un claro complemento visual y al mismo tiempo de contrapunto conceptual. Por un lado una doble proyección nos sitúa ante los ambiguos y reiterativos mensajes de una casi adolescente que se siente oprimida y envuelta en los procelosos ambientes de la prostitución. La realidad consigue ser tan determinante que su mensaje llega a convertirse en absoluta realidad corporal. La palabra puta y sus múltiples acepciones bombardean al espectador en un ambiente de envolvente naturaleza.

Al mismo tiempo una serie de pantallas de plasma, perfecta y adecuadamente sincronizadas, nos introducen en la imagen fotográfica que desencadenan distintas fantasías sexuales de sus protagonistas con una clara intención: la de proyectar hacia el exterior su deseo. En estas imágenes nos encontramos distintos argumentos y poses de una iconografía urbana donde se nos aparecen conceptos tan dispares como la identidad, el trasvestimo, ambivalencias entre el yo y el no yo, la represión sexual, el onanismo, el bondage o fetichismo de ser atado.

Por la obra acusadora de Dani Sánchez pasan retazos de una sociedad cuestionada, parcelas de esa humanidad a contracorriente donde se presiente una absoluta soledad, donde la realidad presenta demasiados matices y hay que imponer la potestad de cada cual para conseguir una mínima parcela de existencia.

Estamos ante una obra conformada con unos medios y unos modos diferentes que plantean nuevos rumbos de un arte necesitado de vías novedosas. Aquí tenemos una pequeña muestra de esa realidad artística que está escrita en el lenguaje de los tiempos que corren. No nos olvidemos dónde estamos y en los momentos qué estamos.

Diario de las Artes

Sala ARTEADIARIO

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