Ojo de pez

Pablo Bujalance

pbujalance@malagahoy.es

El cansancio

A saber a qué España se refiere el líder regional de Vox cuando habla de integración. A Andalucía no, desde luego

Que los tiempos políticos nuevos se suceden a la velocidad del vértido queda comprobado con el prodigioso ascenso en Andalucía de Vox, un partido de verdadera esencia residual hace sólo un par de años y capaz ahora de toda una demostración de fuerza como la que brindó ayer en el Palacio de Congresos de Sevilla, merced a los muchos afiliados y simpatizantes que han ingresado en sus filas en tan breve plazo. Ciertamente, todo apunta a que una legión de votantes desamparados ha encontrado refugio en un partido cuyo poder de sugestión reside, principalmente, en su determinación a la hora de decir las cosas a la cara, sin medias tintas y sin miedos a las incorrecciones morales de nuestra era. Lo curioso es que muestre semejante ambición en Andalucía un partido que articula su discurso en torno a la criminalización de la inmigración y el Islam, el refuerzo de las fronteras, la más excluyente consideración catolicista de la Mezquita de Córdoba y otros argumentos similares, cuando hace ya mucho tiempo que estos asuntos conviven en nuestro a día a día con aceptable naturalidad. No por el buenismo susanista, cuidado; sino porque a lo mejor la andaluza es una sociedad suficientemente tolerante por razones históricas y culturales. Más bien, el susanismo es un parásito que se alimenta de estas cualidades.

Porque sí se habría referido a Andalucía el candidato de Vox a la Presidencia de la Junta, Francisco Serrano, si hubiera prometido un mayor compromiso para conseguir que la UE asuma su responsabilidad respecto a las tragedias del Estrecho con una implicación directa, mayores infraestructuras, más personal y una dotación consecuente al volumen de esta tragedia, en lugar de permitir que tanto la comunidad como los municipios costeros se queden solos a la hora de atender a quienes se juegan la vida para llegar a Europa desde el norte de África, muchas veces con la vida ya perdida. Lo de elevar los muros y demonizar la inmigración por ilegal dejó de ser un problema en Andalucía hace mucho; lo que queda pendiente es que se divulgue de una vez la idea de que la inmigración no es un problema andaluz sino europeo. Por otra parte, cuando Serrano invita a homosexuales (¿de qué país vienen los homosexuales?) e inmigrantes a "integrarse" en España, a saber a qué España se refiere. A Andalucía no, desde luego.

El presunto éxito de Vox en Andalucía tiene que ver con el cansancio: el que acusa cierta población tras décadas de ejercicio de la responsabilidad democrática. El pensamiento débil es una dejación de funciones; que piense otro y que haga lo que quiera.

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