Carlos Colón

La carajera de Caravaggio

La ciudad y los días

¿La atribución a Caravaggio es como una operación de cataratas que permite ver valores que antes no se veían?

16 de abril 2021 - 01:35

Es noticia el presunto Caravaggio hasta ahora atribuido al círculo de José de Ribera. Sea de uno u otro el cuadro es el mismo y sus valores pictóricos idénticos. Pero su atribución catapultará lo que iba a salir en subasta por 1.500 euros a muchísimos millones. Es lógico el interés que para los historiadores del arte tiene la identificación de un cuadro de Caravaggio. Pero existe otra lógica, la del mercado, que como el necio de Machado confunde valor y precio. Lo que antes salía a subasta por 1.500 euros de pronto adquiere un precio incalculable. Lo que antes no interesaba a nadie se declara Bien de Interés Cultural. De un día para otro se descubre, como se escribe en el expediente de incoación de declaración del cuadro como BIC, que "presenta valores histórico-artísticos de singular importancia" y que "el retrato psicológico de los personajes, el realismo de los rostros, la fuerza lumínica que se concentra en el cuerpo de Jesucristo, el juego de primeros planos de los tres personajes y la comunicación que se establece con el espectador hacen del cuadro una obra de gran interés artístico". ¿Antes de su atribución a Caravaggio estos valores no existían? ¿La atribución es como una operación de cataratas que permite ver con claridad valores que antes no se veían?

Un amigo me recuerda el caso del Salvator Mundi, vendido por 1.175 dólares por un marchante de Nueva York, atribuido después a Leonardo y finalmente vendido a un príncipe saudí por 450 millones. Las luchas entre el príncipe, el Louvre, los expertos, el gobierno francés y el saudí para la autentificación de cuadro como obra de Leonardo y su inclusión junto a la Gioconda en la retrospectiva que el museo parisino dedicó al pintor (en la que al final no figuró por un desacuerdo entre las autoridades francesas y las saudíes) es un sainete sobre el que se acaba de estrenar un documental titulado El Salvador a la venta. Haría buena pareja con Fraude de Welles, una reflexión sobre la relatividad del valor de la obra artística en la que, sobre imágenes de la catedral de Chartres, la poderosa voz de Welles dice: "Ha estado aquí durante siglos. Quizá la mayor obra del hombre, en todo el mundo occidental. Una celebración de la Gloria de Dios y de la dignidad humana. Y no tiene firma. … Quizá el nombre no importe tanto". ¡Ingenuo! Importa hasta el punto de convertir 1.175 dólares en 450 millones.

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